El
Maestro: La
Paz del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO: Y con Tu Espíritu.
El
Maestro: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado Concebida.
El
Maestro:
"Te
verás muy sólo hijo mío, y cuando digo muy sólo..., te digo muy sólo" ;
recuerda. Se han levantado contra tí, y los que más te quisieron se han
convertido en tus enemigos. Escucharán antes al extraño que tus palabras, porque tú para ellos no
serás nada.
Hijo mío, tú sabes de Mí y Yo sé de tí y
sabes que siempre estaré contigo y nunca te abandonaré, no como los
hombres: hoy pueden decirte ”¡sí!”, y mañana ”¡no!” Yo siempre te diré
que sí, y estaré siempre a tu lado.
Hoy, para muchos todo cuanto vais a
oir, va a ser motivo de alegrías para muchos, porque muchos vais a creer
que todo se va a acabar en este lugar, y en verdad solo va a ser una
parte del principio.
Un principio que tendrá un final feliz. El final
será Dios quien se lo de. Aquellos que tenéis fé, fé pura ante Dios, váis a
comprender todo cuanto oigáis hoy. Los que vuestra fé flaquea, os vais a
encontrar debilitados, vais a dudar y vais a perder vuestra fé.
Si sois
fuertes y confiáis en Dios, nada de nada os pasará. ¡Sed fuertes y escuchad!
Escuchad
todo cuanto se os va a decir:
La voluntad de Dios
está por cumplirse y todo..., todo, ya está dicho en mis Mensajes.
Ya no hablaré más en este lugar.
El día cuatro de Abril será el
último día que oigáis mi voz sobre este lugar. Puede ser motivo de
tristeza para muchos y para otros motivo de mucha alegría.
No
consiste en escucharme, porque no os tenéis que refugiar en mis
palabras, sino cumplirlas y obrar sobre ellas. Yo, todo hijos míos, no
os lo voy a dar hecho. «Tenéis que trabajar vuestro futuro, para llegar hasta Dios un
día. No consiste en que escuchéis y digáis que todo es correcto y
cierto: Consiste en las obras.»
¡Sí!, la oración vale, pero no consiste en orar, y orar y orar;
consiste en obrar, y las obras son las que llegan hasta Dios.
(1)
La
oración también, pero una oración sin obras, no es nada.
Como ya habéis
oido el día cuatro de Abril nuestra voz se apagará sobre este lugar, y
vosotros tendréis que vivir de vuestra fé y tenéis que poner en práctica
todo, todo cuanto habéis aprendido durante el tiempo que hayáis estado a
mi lado. No tengáis miedo, no vais a estar solos.
Ni Yo os voy a
abandonar. Mi
promesa fué de permanecer aquí hasta el Final de los Tiempos. Yo estaré
aquí, y aquél que cree firmemente comprenderá estas palabras y el que
no, va a dudar.
No
es un final pero quiero que viváis de vuestra fé;
no de mis palabras, sino de vuestra fé.
«Tenéis que poner en práctica todo
cuanto habéis aprendido. Ante todo lo más importante es amar y ayudar al
necesitado.»
Pero no os preocupéis hijos míos, debéis de saber aceptar la voluntad
de Dios, que ésta es su voluntad. Tampoco habrá agua sobre este lugar.
¡Ay...!, ya habéis sentido tristeza porque
pensáis que con el agua se cura vuestro cuerpo. El cuerpo hijos míos, un
día quedará sobre la tierra y polvo será. Pensad ahora en curar vuestras
almas. El cuerpo no sirve ni para estiércol. Yo sé que en vosotros esto
puede parecer extraño, que no parezca:
Este
lugar se va a hacer pequeño, muy pequeño,
para llegar un día a ser muy grande; recordad.
Se han levantado contra tí, y los que más te
han querido se han convertido en tus enemigos.
Te verás muy solo y habrá
grandes cambios. Ya los está habiendo hijos míos. No tenéis que sentir
tristeza, ni sentiros defraudados, porque ahora, ahora será cuando las
palabras, las malas lenguas de doble filo, empezarán a atravesar
corazones nobles y a decir de que todo fué un engaño. ¡Ay...!
Solamente en vosotros está la verdad, porque
Yo a muchos de vosotros os dí de ver y a otros os dí de sentir, y a
otros os dí de oir, y si ahora, por esto que oís, os sentís defraudados,
sería al contrario: „Yo me sentiría defraudado por vosotros“.
En vuestra mente humana os hacéis ahora una y mil preguntas... No os
las hagáis. Aceptadlo todo según os lo doy: La imagen de mi Madre irá
al lugar de la capilla. Esa pequeña ermita será vuestra y podréis
visitar esa imagen siempre que queráis. Esa ermita será vuestra y mis
piés pisarán esa ermita.
No os sintáis
defraudados ni sintáis dolor, no tenéis porqué sentirlo. Se van a
cumplir doce años, los mismos que tú tuviste en ese principio, hijo mío.
Esto no es un final. Cada cual en vuestra vida tenéis una misión que cumplir.
No consiste
en encerrarse en esta pequeña tierra, en rezar, en escuchar un Mensaje y
decir: ”Yo ya he cumplido”. Ahí tenéis vuestra sociedad: Debéis luchar
por aquéllos que no nos conocen. Muchos vinísteis a Mí, no me habíais
conocido y ahora me conocéis, y sois felices.
Antes de haberme conocido, Yo siempre estuve con vosotros, en este
tiempo he estado con vosotros, y a partir del día cuatro de Abril estaré
siempre con vosotros. No significa que estéis solos, pero este lugar
cambiará mucho.
¡No!, no os sintáis defraudados, porque Yo os dejo algo grande: Un
amigo, un gran amigo, un corazón noble y puro, os lo dejo para vosotros.
El os puede dar su amistad, que es lo más importante. ¿Qué se puede dar
de un hermano a otro?
La amistad, la comprensión, la dulzura que tú sabes dar y que otros no
apreciaron. Y ante todo el amor a Dios. El marchará durante un tiempo
a un sitio y a otro, y en especial a Tierra Santa. Esto no quiere decir
que marche para siempre; el "Gran Gurerrero" quedará hacia atrás,
llamándose a partir de ahora José-Luis. ¡No!
(1),
no quiere decir que rehuse a su nombre, ¡no!
Quiere decirse que
como humano, tiene que ganarse ese sobrenombre y lo va a demostrar,
porque anunque otros no le creyeron, él no es de aquí.
Levantad los
objetos hijos míos, porque así todo lo que alzáis ante el Cielo queda
bendito...
Padre Eterno: En mi
Nombre.
El
Maestro: En
el Mío.
La Madre: Y con la
Luz de mi amado esposo el Espíritu Santo...
El
Maestro: Ya
está bendecido.
PUBLICO: Gracias Maestro.
El
Maestro:
No
sintáis tristeza hijos míos, debéis de vivir todo lo que habéis
aprendido:
Os
dirán de que todo fué un fraude y de que os engañaron.
Nadie os engañó.
Sobre este lugar se os enseñó la verdad, la oración, el amor; y nadie
engaña para amar.El que engaña en vuestro mundo, lo hace por motivo de lucro. Nadie
engaña por amor.
No escuchéis, porque pruebas tenéis de que aquí
estamos, estuvimos y estaremos. Habrá grandes cambios y día a día
iréis oyéndolos.
Que nada os extrañe, y sed fuertes y no decaigáis en
esta batalla, porque una batalla se ha abierto y es el comienzo.
No decaigáis; si sois fuertes no tendréis nada que
temer.
Padre Eterno: No
estáis solos.
El
Maestro: Adiós
hijos míos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
Padre Eterno: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
La Madre: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Madre.
El
Hermano:
Volveremos
hermanos. Que la Paz del Señor Yahvé, el amor de Cristo Jesús y la
dulzura de María Santísima quede así con
vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu, Hermano.
El
Hermano: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El
Hermano: Sed
fuertes y no penséis en un final: No hay ningún final. Ave María
purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El
Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.__