El Maestro: La
Paz del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO:Y con tu Espíritu Maestro.
El Maestro: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Maestro:
Hijo mío, voy ahora a mostrarte el camino de la Paz, y de la
verdadera libertad. Ante todo hijo mío, trata más bien de hacer la
voluntad de otro que la tuya propia.
"Elije siempre
tener menos que más. Después busca continuamente el último lugar
y estar debajo de todos. En fín: Que sea constantemente y que la
Voluntad de Dios se cumpla en tí perfectamente; y ruega por esta
intención."
En verdad te digo, que el que pone en práctica estas cuatro cosas
entra en la mansión de la Paz y del descanso. Hijos míos, breves son
mis palabras pero, ¡qué perfección encierran en su brevedad! Sentencio, conciso, mas lleno de de
sentido y fecundo en frutos.
Si estuviera en vuestras manos
guardarlas con fidelidad, no debería por cierto surgir así en vostros
tan fácilmente la turbación, porque siempre que os sentís
desprovistros de paz y oprimidos por la tristeza deberíais daros
cuenta de que es porque así habéis olvidado estas grandes enseñanzas.
Pero Yo, a quien todo es posible, y que deseo siempre el progreso
del alma, acreciento así en vosotros la medida de mi gracia para que
podáis traducir en obras mis palabras, y realizar así vuestra
salvación.
El Hermano: La Paz
del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El Hermano: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano:
¡Hermanos!, Dios ahora os entrega la
ORACIÓN
contra los malos pensamientos. Cuando la duda y la
turbación de vuestro espíritu surja, decid estas palabras que hoy vais
a escuchar:
"Señor y Dios mío, no te alejes de mí.
Dios mío, mírame y socórreme porque se han levantado contra mí
pensamientos vanos y grandes temores, y llenan mi alma de aflicción.
¿Cómo me abriré paso para salir ileso?
¿Cómo haré para espantarlos? Y
me dices: ”Yo iré delante de tí y confundiré a los altivos de la
tierra, abriré las puertas de la cárcel y te revelaré los más ocultos
secretos. Hazlo como dices Señor, y huya ante tu
presencia todos los malos pensamientos que me hostigan.
Esta es mi
esperanza y mi único consuelo: Guarecerme y confiarme a Tí en todas
mis cuitas y tribulaciones, invocarte desde lo más íntimo de mi ser,
y esperar con paciencia el bálsamo de tu consolación".»
También Dios, que es tan bueno y misericordioso, os
entrega la
ORACIÓN para
impetrar la Luz del entendimiento. Cuando necesitéis
el entendimiento para las cosas grandes de Dios, decid estas palabras
que hoy escucháis:
«"¡Oh buen Jesús!,
ilumíname con la claridad de tu LUZ
interior y disipa todas las tinieblas que envuelven la morada de mi
corazón.
- Aparta de mi mente las múltiples distracciones que la turban
y vencen, estrellándolas en tí las tentaciones que me causan
violencia.
- Lucha por mí con la fuerza de tu brazo poderoso y rinde a
las bestias feroces, digo los apetitos falaces para que se haga la paz
en tu fortaleza, y la abundancia de tu alabanza esté en el Santo
Palacio; esto es: E n la conciencia aquilatada y pura.
- Impera a los vientos y a la tempestad. Di
al mar: ”¡Sosiégate ya!”, y al Aquilón: ”¡Deja de soplar!”, y en
seguida se hará gran bonanza.
- Envía tu LUZ y tu verdad para que
resplandezcan sobre el mundo, porque no puedo ser más que tierra inane
y vacía hasta que tú te dignes a alumbrarme.
- Derrama de lo alto tu
Gracia, baña mi corazón del Rocío Celestial, dame el Agua de la
Devoción para sazonar la faz de la tierra y poder así producir frutos
buenos y abundantes.
- Levanta mi espíritu agobiado por la mole
inmensa de mis pecados. Orienta todos mis afanes y anhelos hacia las
cosas del Cielo, para que, gustada la dulzura de tu felicidad
soberana, sienta hastío de las cosas terrenas.
- Arrebátame y líbrame
del consuelo momentáneo que puedan brindarme las criaturas, porque
ninguna cosa creada es capaz de consolarme y saciar plenamente mis
ansias de Tí.
Por eso, úneme a Tí con el lazo indestructible de tu
amor eterno, porque tú sólo bastas a quien te ama y sin Tí son
frívolas todas las cosas."»
El Maestro:
Dios es bueno, y os ha entregado una pequeña
llave para abrir las puertas oscuras que desvanecen vuestras almas.
Éstas han sido las oraciones, las que tan grande te han hecho a tí,
Gran Guerrero, y que si ellos las usan con el corazón también les
servirán de mucho.
¡Levantad los objetos hijos míos!, se cumple así
la gran promesa (1),
y lo que alzáis ante el Cielo bajo la mirada del Padre Celestial queda
bendito.
Padre Eterno: En
Mi Nombre.
El Maestro: En el
Mío.
La Madre: Y con
la Luz de mi amado esposo el Espíritu Santo.
El Maestro: Ya
está bendecido.
PUBLICO: Gracias Maestro.
El Maestro:
Dichoso aquél que se conforma con lo poco que Dios le dá, porque
poco no es. Y pobre de aquél que busca fuera de Dios, porque será él
quien pierda. Aquél que confía en Dios todo lo tendrá, pero aquél que
busca fuera de Él, solo encontrará penumbra.
Amad a vuestros hermanos y enseñad al que no sabe, porque
enseñando...
Padre Eterno:
También se aprende.
El Maestro:
Y escuchad las grandes palabras que el gran Padre Celestial os
entrega, y dadlas a conocer, porque Yo día tras día seguiré
preguntando que dónde están mis hijos; y seguiré sin hallar
respuesta. Seguid fieles a vuestro Padre Celestial, y que vuestra fé
sea vuestra fortaleza.
Tú sufre conmigo hijo mío, porque se acercan los días de la gran
agonía, (2) pero esta agonía que se acerca será aún más dura hijo mío,
y tú lo sabes, y Yo lo sé. Amaos como Yo os amé y así os amo. El
amor todo lo vencerá. Adiós hijos míos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
Padre Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
La Madre: Adiós hijos
míos.
PUBLICO: Adiós Madre.
El Hermano:
Dando gracias así a Dios por las grandes cosas que os entrega sin
vosotros merecerlas, la Paz queda así con vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El Hermano: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.___
(1)
La gran promesa de bendecir los
primeros sábados y domingos de mes, para los días de las Tinieblas y
el Castigo. Los objetos bendecidos: "brillarán
con Luz inmensa, y las almas no tendrán miedo a lo que
ocurra."
(2)
Se acerca la Semana
Santa, el vidente sufría la pasión del Señor, con
Él.
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