La Madre: La
Paz del Señor está con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.
La Madre: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
La Madre:
"Aquí está vuestra Madre hijos míos, como un día también estuve en
aquel pequeño lugar donde así os entregué al mundo, al Hijo que
Dios me había dado en mis entrañas, en aquel pequeño pueblo
llamado Bheejt-Leem".
Así es hijo mío: Le entregué al mundo para que el mundo lo
matase.
Dios todo lo había previsto y aún sabiendo que su Hijo
iba a morir en manos del hombre, decidió entregarlo al mundo para
perdonar así los pecados del hombre y para que el hombre viese
que DIOS nunca se siente vencido. A Dios nadie puede vencerlo.
Aquéllos que luchan contra
Dios hijo mío, ellos mismos pierden, porque Dios es siempre
vencedor. Dios es el bien y el bien
es el que triunfa, nunca fracasa, siempre triunfa hijos míos. He
mirado mucho entre vosotros y he podido ver que escucháis antes la
palabra que el hombre os da, antes que la Nuestra.
Si el hombre os da una palabra
enseguida la escucháis, y si es mentira os la creéis. Nosotros os
aconsejamos y os decimos la verdad y no nos creéis. Como está
escrito: "La mentira será la primera
en creer, y la última en derrotar. Y el bien será el último en
creer y el primero en vencer."
Así es hijo mío: Si Yo aconsejo a mis hijos, ellos no
me escuchan, escuchan los consejos vanos del hombre, y se me
pierden. ¡Pobres hijos míos!
¡Yo que tanto hago por ellos, como Dios mismo hace...!
Es triste, muy triste mirar a
este mundo ingrato y poder ver cómo entre ellos se están matando
hijo mío. Algunos luchan por el mundo, quieren conseguir algo de
este mundo y se olvidan que detrás de este mundo hay otra vida que
vivir con más intensidad que ésta.
En Aquella vida que viene
después, es donde se vive de verdad hijo mío. Se vive en paz para aquéllos que
se lo merecen y son premiados; y viven sufriendo eternamente
aquéllos que por sus errores son condenados.
Yo me siento muy triste. ¡Sí hijo mío!, porque sé que tú lo
estás desde hace tiempo. Tú sabes que Yo estoy siempre a tu lado,
que por mucho que te haga el hombre, Yo nunca te he abandonado.
Padre Eterno:
Yo tampoco.
La Madre: Tú lo sabes hijo mío. Por
eso Dios..., aunque el hombre no la haya puesto, Dios sí que ha
puesto su confianza sobre tí. Te ha entregado tantas cosas...
Padre Eterno:
Porque confío en tí.
La Madre:
¡Sí hijo mío!, y tu alma es grande y fuerte...
Padre Eterno:
Porque tú confías en Mí.
La Madre:
¡Qué pena hijo mío!, hacen como que escuchan pero
no entienden. Hay algunos que escuchan y saben entender. Pero todo...,
todo lo que Yo digo tiene un significado muy importante; no lo
despreciéis, porque algún día, cuando estéis sólos, podréis usar
mis palabras para defenderos contra los ataques del enemigo.
Pedidme hijos míos.
PUBLICO:
(pregunta, pero no se entiende lo que dice.)
La Madre:
Así es hijo
mío, sé que estás sufriendo mucho, pero aún vas a sufrir más. Vas
a sufrir por los errores de este mundo. Ya sé que eso te alegra
hijo mío, pero muchas almas han querido hacerte tanto daño.
¡Sí hijo mío!, donde tú estabas Yo he estado.
Y el hombre no lo cree así,
porque no cree en Mí. Yo sí, Yo creo en mis hijos. Creo que dentro
de vosotros hay un pequeño grano de semilla que pronto crecerá.
Eso creo de mis hijos, que dentro de ellos hay una parte buena que
pronto demostrará. Levantad los
objetos hijos míos. Bendigo todo lo que alzáis ante vuestros ojos
dirigidos hacia Dios así:
Padre Eterno: En Mi Nombre.
El Maestro: En
el Mío.
La Madre:
Y con la Luz
de mi amado esposo, el Espíritu Santo... ya está bendecido hijos
míos.
PUBLICO: Gracias Madre.
La Madre: Bendigo
vuestras almas para que sepáis seguir al Príncipe de vuestras
almas, él os guiará hasta Mí, donde Yo y el Padre,
y mi Hijo os esperaremos con los brazos abiertos y
llenos de alegría. Lo hago así:
Padre Eterno:
En Mi Nombre.
El Maestro: En
el Mío.
La Madre:
Y con la Luz de mi amado esposo, el Espíritu
Santo..., ya estáis bendecidos hijos míos.
PUBLICO: Gracias Madre.
La Madre: Muchos
caminarán por el mundo, pero cuidado hijos míos, el mudo está
lleno de falsos profetas que engañan, almas que intentan que os
perdáis:
"Si tú me has encontrado aquí, no me
busques en otro sitio, porque no me encontrarás; Yo estoy aquí y
en muchos lugares".
Pero si tu fé despierta aquí, no la apagues en
otro lugar; porque el mundo y España están llenos de falsos
profetas que vuestro Gran Guerrero poco a poco irá destruyendo y
descubriendo su mentira.
Por eso hijo mío, sigue tu misión que aún no has acabado.
Adiós
hijos míos.
PUBLICO: ¡Adiós Madre!
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
Padre Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
El Maestro: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
El Hermano:
Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
El Hermano:
Que la Paz del Señor-Yahvé y la fuerza del Príncipe de las almas
quede con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El Hermano:
Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El Hermano:
Adiós mi Príncipe, adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano. ___