Mensaje
de la Santísima Virgen María, recibido
a través de José-Luis Manzano García,
en Talavera de la Reina (Toledo).
El día 7 de Julio de 1989.
LA MADRE: La Paz esté con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.
LA MADRE: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
LA MADRE:
Hoy soy Yo quien viene hasta aquí hijo mío, y veo como mis hijos vienen a
verme. Por eso Yo he venido a verles a ellos también, y a visitarles, como
ellos me visitan a Mí.
Y aquí estoy: Triste..., dolorida..., sin sonreir hijo mío. Como tú estás:
Triste y dolorido por el mundo. Eres tú sólo contra tantos hijo mío, que tu
sufrimiento es muy grande en el mundo.
Pero, ¿quién sabe comprenderlo? Sólo tú y Yo, que somos los que sufrimos
hijo mío. Es tan triste mirarles y ver cómo lo
que se les dice no escuchan. Es tan triste hijo mío, pero es así.
Ellos se olvidan de Mí, pero Yo no me olvido de ellos. Yo siempre estoy en
el mismo sitio y veo que muchos me nombran hijo mío, pero no es para
recordarme, es para ofenderme. Usan mi Nombre como ofensa y mira: ¡Mira mi
Corazón!
Está totalmente angustiado de dolor hijo mío. Se acuerdan de Mí cuando ya se
ven muy apretados y ven que su vida se les acaba, entonces llaman a la Madre
de Dios Hijo.
Y Yo acudo con ternura, con amor a ver a aquéllos que me llaman y les ayudo
y les doy fuerza y luego hijo mío... ¡Mírales cómo me ofenden...! Y muchos
pensarán que me engañan. No es así.
"Acudo Yo a mis hijos aunque no me quieran,
porque Yo sí les quiero a ellos. Yo nunca podría olvidarme de mis hijos,
cosa que ellos hacen conmigo."
¡Cuánto sufres pequeño...! Pero tú mírame y camina, porque Yo soy aquélla
que va delante de todos y todos vienen tras de mí.
No sufras más; tu sufrimiento hijo mío es grande para muchas almas pero
mira, aunque tú sufras por ellos, ellos nunca sufrirían por tí, porque su
corazón está lleno de maldad y ni siquiera miran al prójimo.
Hijo mío..., ya es bastante lo que hacéis con Dios, que ahora queréis hacer
también de sufrir a un alma tan pequeña, pero tan grande como es el
Guerrero. Ya es bastante, porque entre todos habéis ofendido mucho al Señor
y a mi Corazón Inmaculado y al Sagrado Corazón de mi
Hijo.
Y ahora, con vuestra falsedad y engaños queréis dañar a un alma tan pequeña,
que tanto os ayuda. No le olvidéis nunca, porque él..., él nunca se ha
olvidado de Mí. El todos los días de su vida me recuerda y me reza. Él es
grande. ¡Sed como él! ¡Pedidme hijos míos!
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Díme!
PUBLICO: Yo quiero desagraviar vuestros Sagrados Corazones,
el de tu Hijo y el tuyo. Y les quiero decir a todos mis hermanos que la vida
no tiene sentido sin Vosotros.
LA MADRE:
Sin Nosotros nada tiene sentido, ni las palabras que arrancan de vuestras
bocas. Eso que todos lo sepan. ¡Seguid pidiendo!
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Díme!
PUBLICO: ¡Madre!, con lo bonito que es seguirlo y no hay medio de convencer
a muchas almas Madre mía.
LA MADRE:
Tú no te preocupes hija mía, ya verán la Luz, pero nunca olvidéis mi Nombre,
ni este lugar donde Yo estoy. ¡Seguid pidiendo!
PUBLICO: ¡Madre!, haz un milagro para que crean más de cuatro.
LA MADRE:
Y aún viendo mis milagros..., ¡cuántos seguirán sin
creer!
¿No es suficiente ya, que habéis visto a tantos curarse de corazón,
de enfermedades que para la mente humana es difícil de curar? Pero para
Dios, solamente con una mirada, sana cada cuerpo y cada alma.
«Lo mucho que pidáis será lo que
menos tengáis, y lo que menos pidáis, será lo que más tengáis.»
¡Seguid pidiendo!
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Díme!
PUBLICO: La vistita del Papa que viene en Agosto, ¿hará bien al gran
Guerrero?
LA MADRE:
Hará mucho bien al Guerrero, porque el Vicario de Cristo ya sabe que hay una
Aparición en un lugar de Castilla-La Mancha, en España. ¡Seguid
pidiendo!
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Díme!
PUBLICO:
Yo quiero ir a Asturias cuando venga el Santo Padre. ¿Qué mensajes debo
llevar, los especiales? Dime cuáles debo de llevar.
LA MADRE:
Todos son importantes hija mía, en todos se refleja mi sufrimiento y el
dolor. En todos hay solamente una misma palabra que dice así:
”Hijos míos, ¿qué es lo que sois? ¡Mis hijos!”
¡Seguid pidiendo!
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Dime!
PUBLICO:
¿Puedo echar la oración del gran Guerrero también por
allí?
LA MADRE:
¡Puedes hija mía! Llega la hora de marcharme, tú ya sabes dónde has de ir
hijo mío, y predicar. Sé fuerte, muchos te creerán.
Otros te negarán, pero tú nunca niegues lo que has visto, porque sé que tú
nunca lo negarás. Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós madre.
EL HERMANO: Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
EL HERMANO: Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
PADRE ETERNO: Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
EL MAESTRO: Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
EL HERMANO:
Que la Paz del Señor Yahvé y la fuerza del Guerrero quede con vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu hermano.
EL HERMANO: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
EL HERMANO: Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano. ___
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