LA MADRE: La Paz del Señor Yahvé, vuestro Padre, esté
con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Madre.
LA MADRE: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
LA MADRE:
Hijo mío, ya ves que de nuevo hoy he vuelto. He vuelto triste
como siempre hijo mío. He vuelto triste por este mundo y por mis
hijos, porque están ofendiendo mucho al Señor y no se dan cuenta hijo
mío.
Y almas que me siguen, no me siguen de corazón y me ofenden hijo
mío, con sus palabras, que no salen de ellos, sino del engaño que hay
en este mundo. Hijo mío, es tan triste... ¡Pobre mundo!
Y mis
hijos están equivocados, dudan hijo mío. Y dudan porque se dejan
llevar por los consejos de las lenguas humanas. Si escuchasen mis
consejos y mis palabras, entonces esas almas tendrían su Fé fuerte.
Así como tú, hijo mío.
Estoy triste, pero tú al menos, hijo mío, procura de consolarme con
el bien que estás haciendo en este mundo hijo mío. Y las almas solo
quieren probarte..., ¡pobres almas! Ellos piensan que tú no te das
cuenta hijo mío, pero Yo sí, y a la vez el que tienes en tu corazón.
¡Pobres almas!, es Dios quien hace las pruebas hijo mío.
Estoy triste por este mundo, y hoy vuelvo
a repetir:
«Llegarán tiempos en que habrá muchas almas
que mueran de la más pequeña e inofensiva enfermedad. Así las almas
se darán cuenta de que el Reino de Dios está al llegar para purificar
este mundo y echar de él la maldad que ha entrado como un rayo.»
Hijo mío, si tú miras a las almas, verás que hay muchas que tienen
sus almas limpias. Pero, ¿y las otras hijo mío...? ¡Pobres almas!
¡Pobres almas hijo mío! Tú haz caso a la palabra del Padre hijo mío.
Aunque este mundo no te apoye sabes que Dios está contigo, y lo sabes
de verdad hijo mío. Por eso nunca has dudado de que Yo estoy a tu
lado.
Si las almas que me escuchan, y las almas de este mundo, fuesen
como tú..., Dios estaría orgulloso con este mundo, y Yo no estaría
aquí sufriendo por mis hijos. ¡Mira a mi Hijo, hijo mío! ÉL es tu
Maestro.
¡Mírale...!, triste y sólo en el Sagrario esperando a un
alma que tenga fuerzas de corazón y amor de corazón para tomarle.
¡Mira cómo llora también mi Hijo!, porque el mundo se ha olvidado
de ÉL. ¡Míra cómo llora de que no toman su Cuerpo! ¡Míra cómo llora de
que ya no le tratan como a un Rey!
ÉL os salvó del pecado hijos míos y
ÉL es vuestro Padre. Amadle como amáis a vuestro padre en la tierra
y aún más..., porque EL fué quien os libró del pecado y ahora os
entrega un Guerrero. Ése es vuestro Padre.
Pedid perdón al Señor
hijos míos.
(El público reza el Padre Nuestro.)
PADRE ETERNO: Estáis perdonados.
PUBLICO: Gracias Padre.
LA MADRE:
También hay almas que piensan hijo mío, que cuando Yo dejo de
hablar, de dar estos MENSAJES, piensan que se acaba todo. ¡No hijo
mío!
Aunque Yo deje de dar esos mensajes, Yo estoy aquí esperando a
que mis hijos vengan a Mí con amor..., con fuerza.
Yo espero a mis
hijos; pero que sean fuertes. Pedidme hijos míos.
PUBLICO:
Que se cumpla la Voluntad del Padre, pues no tenemos
remedio, no cambiamos Madre mía.
LA MADRE: Así es hija mía: no cambiáis. Miréis donde miréis, la maldad
está entre vosotros. Seguid pidiendo.
PUBLICO: (No se entiende lo que dice.)
LA MADRE:
Así es hijo mío, pero no te preocupes, también a mi Hijo lo
rechazaron, se olvidaron de ÉL. Súfrelo con amor. Es una Cruz que el Señor te envía.
Súfrelo con amor, no te
preocupes. Seguid pidiendo.
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Díme!
PUBLICO: ¿Me puede Vd. contestar qué significado tiene que el agua de
las garrafas (1)
se ponga verde a algunas personas?
LA MADRE:
Muy bien hijo mío; hay ya muchas almas que Dios les da esa
prueba, porque esas almas dudan de Mí, y de ese
agua, y muchas porque mienten sin deber.
Seguid pidiendo.
PUBLICO: (Pregunta, pero se entiende lo que dice.)
LA MADRE:
Ya lo sabrás hija mía. El mundo, hijo mío, no
quiere cumplir los mandatos del Señor. Ha llegado el momento ya, hijo
mío, de que el mundo vea la verdad, de que el mundo sepa seguir la verdad, y de que
el mundo deje de ofender al Señor.
Yo os bendigo como el Padre así
os bendice...
PADRE ETERNO: En mi Nombre.
EL MAESTRO: En el Mío.
LA MADRE: Y con la Luz de mi amado Esposo, el Espíritu Santo.
Ya
estáis bendecidos.
PUBLICO: Gracias Madre.
LA MADRE: ¡Seguid pidiendo hijos míos!
PUBLICO: ¡Madre!
LA MADRE: ¡Díme!
PUBLICO:
Yo te pido por la purificación de todas las almas que aquí
estamos hoy.
LA MADRE:
«Las almas..., pobres almas. Sus errores, todos están aquí.
Cuando llegue el día del Juicio Final, verán que todo lo que Yo dije
avisando en éste, y muchos lugares, fué para el bien de sus almas.
Pero por no escucharme, sus almas serán condenadas al fuego
eterno.» Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós
Madre.
LA MADRE: No os preocupéis, que Yo volveré. Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Madre.
PADRE ETERNO: Adiós hijos. PUBLICO: Adiós Padre.
EL HERMANO: Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
EL HERMANO: Que la Paz del Señor-Yahvé y la fuerza del Guerrero quede
con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
EL HERMANO: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
EL HERMANO: Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.__
(1)
El agua del pozo de la "Finca de Nazaret" se mantiene por años en
perfecto estado, a pesar de los muchos microorganismos del
subsuelo talaverano (contaminado, según las
autoridades; por el intenso
abono de los campos.). Nosotros
tenemos
algunas botellas desde hace más de quince años, y están en perfecto
estado. Tiene el olor característico del Pozo.
Sin embargo, a
algunas personas, este agua, desarrollaría algas microscópicas en las
garrafas, - como es lo normal y natural - , y tomaba un color
verdoso.