LAS BASES DE LA FE POSTRIBULACIONAL

Por Adolfo Ricardo Ybarra

 

Copyright 2005, A. R. Y. y  J. J. Y.

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CAPÍTULO 7.

 

No os engañe nadie en ninguna manera

 

DEMOSTRACIÓN, BASADA EN 2 Tesalonicenses 2, de que la  iglesia Atraviesa el período de manifestación del anticristo como abominación desoladora en la gran tribulación. advertencia del apostol pablo contra falsa enseñanza pretribulacional de su tiempo

 

Jerónimo (340-420): "te digo que Cristo no vendrá a menos que primero haya venido el Anticristo " (Epistle 21).

 

George Mueller (1805-1898): "La Escritura declara llanamente que el Señor Jesús no vendrá hasta que la Apostasía haya tenido lugar, y el hombre de pecado ... haya sido revelado ..." (Mrs. Mueller's Missionary Tours and Labours, p. 148).

 

 

 

7.1.  SEGÚN LA ESCRITURA, SEGÚN EL APÓSTOL PABLO, LA APARICIÓN DEL ANTICRISTO Y LA ABOMINACIÓN DESOLADORA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN OCURRIRÁN ANTES DEL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA

2 Tesalonicenses 2:1-4

1  Empero os rogamos, hermanos, cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento a él,

2  Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca.

3  No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,

4  Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios.

Una declaración directa en verdad, el arrebatamiento de la Iglesia acontecerá luego de la Gran Tribulación, que es cuando el anticristo se asienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios. Los hermanos que yerran con la enseñanza pretribulacional siempre nos están diciendo que el anticristo aparecerá luego de que la Iglesia sea arrebatada; dicen que el inicuo se manifestará cuando la Iglesia sea sacada de la tierra, y no antes; sin embargo el testimonio de estos hermanos y el testimonio del Apóstol Pablo están en directa contraposición. Según estos hermanos la Iglesia es sacada antes de que el inicuo sea manifestado; según el Apóstol Pablo, el inicuo debe manifestarse primero, antes que acontezca el arrebatamiento de la Iglesia. ¿A quién creeremos, a estos hermanos pretribulacionistas o a Pablo, predicador inspirado por Dios, apóstol, y maestro de los Gentiles?

 

 

 

 

 

 

7.2.  REFUTACIÓN DE LA FALSA ENSEÑANZA DE QUE LA VENIDA DEL SEÑOR Y EL ARREBATAMIENTO SON DOS COSAS DISTINTAS EN 2 TESALONICENSES 2:1

Algunos pretribulacionistas, torciendo las Escrituras, tratando de desvirtuar la declaración directa del apóstol, de que el Anticristo debe venir primero antes del arrebatamiento de la Iglesia, han dicho que en el versículo uno (en 2 Tesalonicences 2) "la venida de nuestro Señor Jesucristo" no es la misma cosa que "nuestro recogimiento a él". Este grupo de pretribulacionistas nos dice que "la venida de nuestro Señor Jesucristo" debe entenderse como el descenso postribulacional de Cristo, mientras que "nuestro recogimiento a él" debe entenderse como un arrebatamiento pretribulacional de la Iglesia. Hay dos razones independientes por las cuales se puede sostener sin lugar a dudas que "la venida de nuestro Señor Jesucristo" y "nuestro recogimiento a él" son una misma cosa para el Apóstol Pablo:

 

1) La primer razón es que el término "la venida de nuestro Señor Jesucristo" ya fue utilizado en la primer carta a los Tesalonicenses, y tal término se refiere al momento del arrebatamiento; es decir, en su anterior carta a los Tesalonicenses Pablo dice:

1 Tesalonicenses 4:15

Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros [de la Iglesia] que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor  [la parousía del Señor], no seremos delanteros a los que durmieron.

 

Notemos claramente que se refiere al arrebatamiento de la Iglesia, así que LA VENIDA DEL SEÑOR, o LA PAROUSÍA DEL SEÑOR es presentada por Pablo como ocurriendo en el mismo momento del arrebatamiento. Ahora trasladémonos a la segunda carta que Pablo envió a los Tesalonicenses; allí el vuelve a utilizar el mismo término con pocas diferencias que no anulan la equivalencia de términos:

2 Tesalonicenses 2:1

Empero os rogamos, hermanos, cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo [la parousía de el Señor nuestro Jesucristo], y nuestro recogimiento a él,

¿Y quién puede dudar que "el Señor" en 1 Tesalonicenses 4:15 es el mismo que "el Señor nuestro Jesucristo" de 2 Tesalonicenses 2:1? ¿Quién puede entonces dudar que "la parousía del Señor" en 1 Tesalonicenses 4:15 es la misma parousía que "la parousía de el Señor nuestro Jesucristo" de 2 Tesalonicenses 2:1? Concluimos pues que, como en 1 Tesalonicences 4:15 la parousía del Señor coincide con el arrebatamiento de la Iglesia, y como esa parousía es la misma que la de 2 Tesalonicences 2:1, entonces, la parousía de 2 Tesalonicences 2:1 también coincide con el arrebatamiento de la Iglesia. Es decir, que en 2 Tesalonicences 2:1  "la venida de nuestro Señor Jesucristo" y "nuestro recogimiento a él" (arrebatamiento de la Iglesia) ocurren al mismo tiempo.

 

2) La Segunda razón por la cual "la venida de nuestro Señor Jesucristo" y "nuestro recogimiento a él" (arrebatamiento de la Iglesia ) se refieren en 2 Tesalonicences 2:1 a un mismo evento es porque la expresión gramatical en griego así lo exige; acontece, pues, un caso de una regla llamada primer regla de Granville Sharp; cuando el copulativo "y" (griego: kai) conecta dos nombres (ya sea nombre sustantivo, nombre adjetivo, o nombre participio) del mismo caso ("caso" se refiere aquí a la función gramatical de la declinación griega), y el primer nombre lleva artículo pero el segundo nombre después del "y" no lleva artículo, entonces, el segundo nombre  denota una descripción de la misma cosa o persona nombrada por el primer nombre  antes del "y". Es decir, explicándolo en forma un tanto simplificada, si Usted tiene dos cosas, una cosa A y una cosa B, en griego, si Usted dice "la A y B", entonces "B" denota una descripción de la misma cosa que "A"; distinto sería si Usted dijese "la A y la B", entonces serían dos cosas distintas; pero si Usted pone artículo delante de "A" y no delante de "B", entonces "B" denota una descripción de "A". Pongamos un ejemplo, digamos que "A" es "gran Dios" y que "B" es "Salvador nuestro Jesucristo"; si decimos "el A y B", sin poner el artículo delante de "B" sino solamente delante de "A", la expresión nos quedaría "el gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo", de acuerdo con el uso gramatical de los griegos, entonces, "el gran Dios" que se menciona antes del "y" no es otro que el "Salvador nuestro Jesucristo" que se menciona después del "y":

Tito 2:13 

Esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa de EL GRAN DIOS Y SALVADOR NUESTRO JESUCRISTO. [un versículo que no es del agrado de quienes se empeñan en negar la divinidad de Cristo]

Esta primer regla de Granville Sharp se cumple en 2 Tesalonicenses 2:1; tenemos un "A" en "venida de nuestro Señor Jesucristo", y tenemos un "B" en "nuestro recogimiento a él"; ahora hacemos una combinación que nos de por resultado "la A y B", donde "B" denota una descripción de "A", y tendremos: "la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento a él", que son las palabras exactas del Apóstol Pablo y donde "B" que es "nuestro recogimiento a él" denota una descripción de "A" que es "la venida de nuestro Señor Jesucristo". Es decir, de acuerdo con la primer regla de Granville Sharp sobre un uso gramatical griego, en 2 Tesalonicences 2:1 "la venida de nuestro Señor Jesucristo" y "nuestro recogimiento a él" (arrebatamiento de la Iglesia ) se refieren a un mismo evento.

 

Finalmente, el intento pretribulacionista de hacernos creer que Pablo, a partir de 2 Tesalonicenses 2:1, nos hablaría de dos cosas distintos, ha fracasado completamente; ahora sabemos por dos razones concluyentes (1) y (2) que Pablo, a partir de 2 Tesalonicenses 2:1, nos habla de UNA SOLA COSA, LA VENIDA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO QUE IMPLICA NUESTRO SIMULTÁNEO RECOGIMIENTO A ÉL:

 

 

 

 

7.3.  ACLARACIÓN IMPORTANTE SOBRE 2 TESALONICENSES 2:2, EL VERSÍCULO DICE EL DÍA DEL CRISTO Y NO EL DÍA DEL SEÑOR

Pasamos ahora al versículo 2 de 2 Tesalonicenses 2. La traducción de la Versión Reina-Valera 1909, que es la que siempre utilizo, en 2 Tesalonicenses 2:2 ha puesto el siguiente término: "el día del Señor":

2 Tesalonicenses 2:2

Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca.

Pero el texto griego del Textus Receptus, que es la autoridad en que nos basamos, dice "el día del Cristo" en lugar de "el día del Señor":

2 Tesalonicenses 2:2 (Según el Textus Receptus)

Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del cristo esté cerca.

Ante esta diferencia en traducción aparecen dos clases de pretribulacionistas, una clase mantiene que la traducción correcta es "el día del Señor", otra clase mantiene que la traducción correcta es "el día del Cristo" (que también puede traducirse bien como "el día de Cristo"). Cada uno de estos dos grupos de pretribulacionistas manifiesta preferencia por una u otra de esas dos traducciones; de esa manera sus argumentos dependerán de cual de las dos traducciones elijan sostener, ya que ellos en su gran mayoría afirman que "el día del Señor" es una cosa distinta de "el día de Cristo", lo que no es verdad, ya que no son cosas distintas, pero por ahora nos limitaremos a demostrar a continuación que en cualquiera de los dos casos, ya sea que el versículo 2 diga "el día del Señor", o que diga "el día de Cristo", siempre se llega a un arrebatamiento POStribulacional.

 

 

7.4.  ACLARACIÓN IMPORTANTE SOBRE 2 TESALONICENSES 2:2-4, EL APÓSTOL DICE ALLÍ QUE EL "DÍA DE CRISTO" O "DÍA DEL SEÑOR" VIENE DESPUÉS DE LA APARICIÓN Y ACTUACIÓN DEL ANTICRISTO

Continuemos ahora con el versículo 2 de 2 Tesalonicenses 2, y ahora también con los versículos 3 y 4. El Apóstol Pablo dice entonces:  "porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios". Pablo nos dice aquí que el anticristo y su actuación (durante la gran tribulación) vienen primeros; pero ¿primeros que qué cosa? ¿quién o qué es lo que "NO VENDRÁ" sin que antes transcurran el anticristo y su actuación?, para ello debemos ver cuál es el término inmediatamente mencionado antes que con toda seguridad es a lo que se refiere Pablo cuando dice que "NO VENDRÁ", dicho término es "el día de Cristo" (o "día del Señor" según la traducción inexacta); a continuación resalto en mayúsculas qué es lo que no vendrá sin que antes venga el anticristo y su actuación:

 

2 Tesalonicenses 2:1-4 (Según el Textus Receptus)

1  Empero os rogamos, hermanos, cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestro recogimiento a él,

2 Que no os mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día de cristo esté cerca.

3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,

4  Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios.

El día de Cristo (o el día del Señor según una traducción incorrecta) es lo que no vendrá sin que antes transcurran el anticristo y su actuación:

 

 

 

 

7.5.  REFUTACIÓN DE LA ENSEÑANZA DE QUE EL ARREBATAMIENTO DE  2 TESALONICENSES 2:1 SEA UNA COSA INDEPENDIENTE DEL DÍA DEL SEÑOR O QUE OCURRA MUCHO ANTES DEL DÍA DEL SEÑOR

El grupo de pretribulacionistas sotenedor de que 2 TESALONICENSES 2:2 dice "el día del Señor" y no "el día de Cristo" a su vez se subdivide en dos subclases:

a) Los pretribulacionistas antiguos (como C.I. Scofield) que  admiten que el día del Señor acontece luego de la gran tribulación y hacen diferencia entre "el día de Cristo" y "el día del Señor", diciendo que el día de Cristo comienza antes de la gran tribulación y que el día del Señor comienza luego de la gran tribulación, siete años después del arrebatamiento.

b) Pretribulacionistas modernos que en su gran mayoría sostienen que el día del Señor incluye el período de la gran tribulación y comienza con el arrebatamiento de la Iglesia antes de la gran tribulación, y hacen diferencia entre "el día de Cristo" y "el día del Señor", aunque dicen que comienzan al mismo tiempo, o más bién que el día del Señor comienza  inmediatamente después del día de Cristo.

En esta sección refutaremos un error que es propio de los pretribulacionistas del primer caso denominado (a), los que admiten que el día del Señor acontece luego de la gran tribulación. Como ellos reconocen la verdad de que el día del Señor viene luego de la gran tribulación, entonces tratan de separar el arrebatamiento de la Iglesia del día del Señor, a fin de que el arrebatamiento no vaya luego de la gran tribulación. En el versículo uno de 2 Tesalonicenses 2 Pablo dice que se referirá a la venida de nuestro Señor Jesucristo que implica nuestro recogimiento a él (o arrebatamiento de la Iglesia) (lo cual quedó establecido en la secciön 7.2.); luego, en el versículo 2 dice o debería decir, según este grupo (a) de pretribulacionistas, "el día del Señor" (dice "el día de Cristo" en el griego del Textus Receptus); pues bien, este grupo de pretribulacionistas tratan de hacernos creer que "el día del Señor" en el versículo dos es un acontecimiento que comienza en otro momento diferente del arrebatamiento del versículo 1.  Pero en su primera carta a los Tesalonicenses el Apóstol nos dice algo muy distinto, él identifica allí la venida de Cristo por su Iglesia como la venida del día del Señor:

1 Tesalonicenses 4:15-18, 5:1-2

15  Por lo cual, os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron.

16  Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero:

17  Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

18  Por tanto, consolaos los unos a los otros en estas palabras.

1  Empero acerca de los tiempos y de los momentos, no tenéis, hermanos, necesidad de que yo os escriba:

2  Porque vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá así como ladrón de noche,

¿Cómo puede alguien fallar en entender que Pablo está hablando de la venida de Cristo y el subsiguiente arrebatamiento de la Iglesia? En el capitulo 4 Pablo estaba hablando sobre la venida de Cristo y el subsiguiente arrebatamiento de la Iglesia, e INMEDIATAMENTE, en el versículo 1 del capítulo 5 continúa hablando sobre los tiempos y los momentos de la venida de Cristo y el subsiguiente arrebatamiento de la Iglesia; HAY UN CONECTIVO en la palabra "empero"; ese conectivo hace una ligadura de continuidad con el tema del que viene hablando, no hay un cambio de tema; y al no haber cambio de tema Pablo dice simplemente "Empero acerca de los tiempos y de los momentos" sin siquiera introducir un genitivo aclaratorio de que hablará de los tiempos y los momentos de otra cosa distinta de lo que venía hablando. Luego, en el versículo 2 del capítulo 5 Pablo utiliza el término "EL DÍA DEL SEÑOR" en lugar de  "la venida del Señor", de lo cual está hablando; evidentemente entonces, la venida del Señor y el arrebatamiento de la Iglesia son acontecimientos coincidentes con  la venida del día del Señor:

 

 

Es más, esto queda confirmado por el apóstol Pedro que dice en forma clara y directa que la venida del día del Señor es lo que la Iglesia está esperando:

2 Pedro 3:9-12

9  El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento [[se refiere a que todos los hombres se arrepientan y lleguen a ser verdaderos creyentes en Cristo]].

10  Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas.

11  Pues como todas estas cosas han de ser deshechas, ¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones,

12  Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán?

Observemos que la venida del día de Dios (v. 12) el cual nosotros la Iglesia debemos estar esperando y para el cual debemos apresurarnos no es otro que EL DÍA DEL SEÑOR (v. 10); pues Pedro no cambió el sujeto de su conversación y es el mismísimo día en que los cielos serán desechos y la tierra será quemada (v. 10 y v. 12), y además es el día del cual se habla (v. 10) cuando se dijo que el Señor no tarda su promesa (v. 9). ¿Vemos claramente como la Iglesia está esperando el día del Señor según las Escrituras?

 

Es decir que los pretribulacionistas del grupo (a) (quienes reconocen la verdad de que el día del Señor acontece luego de la gran tribulación; pero que no reconocen la verdad de que el día del Señor comienza con la venida de Cristo y el arrebatamiento de la Iglesia) chocan con la enseñanza del Apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses y la enseñanza del Apóstol Pedro en 2 Pedro 3:9-12 de que el día del Señor comienza con la venida del Señor y el arrebatamiento; por lo tanto es falsa la idea que algunos pretribulacionistas pretenden introducir de que el arrebatamiento ocurre siete años antes de la venida del día del Señor:

 

 

 

7.6.  PARECE QUE NO SE DIERON CUENTA

Ocupémonos ahora de los pretribulacionistas modernos que hemos llamado (b), que en su gran mayoría sostienen que el día del Señor incluye el período de la gran tribulación y comienza con el arrebatamiento de la Iglesia antes de la gran tribulación, y hacen diferencia entre "el día de Cristo" y "el día del Señor", y el día del Señor comenzaría inmediatamente luego del día de Cristo. Es decir, reconocen la verdad de que el día del Señor comienza con el arrebatamiento de la Iglesia; pero no reconocen la verdad de que el día del Señor viene luego de la gran tribulación. PARECE QUE ESTOS NO SE DIERON CUENTA QUE  ANTE SUS MISMOS OJOS EL APÓSTOL ESTÁ DICIENDO QUE EL DÍA DEL SEÑOR ("el día de Cristo" según el Textus Receptus) NO VENDRÁ SIN QUE ANTES VENGA LA MANIFESTACIÓN DEL ANTICRISTO Y SU ENTRONIZACIÓN EN EL TEMPLO ¡ESO ESTÁ DELANTE DE SUS PROPIOS OJOS! Eso es lo que hemos demostrado acabadamente en 7.4:

 

 

¿Y qué hay del tercer grupo de pretribulacionistas mencionado en 7.3? Me refiero a los que admiten que 2 Tesalonicenses 2:2 dice "el día de Cristo" y no "el día del Señor". Estos tampoco han visto lo evidente, ni siquiera se dieron cuenta que Pablo afirma que el día de Cristo no vendrá sin que antes venga el anticristo y su actuación.

 

 

7.7.  UNA GRAN SORPRESA

Para sorpresa de todos tengo ahora una prueba más de que la venida del Señor y nuestra reunión con él acontecen luego de la gran tribulación. En 7.2 he demostrado contundentemente que en 2 Tesalonicenses 2:1 "la venida de nuestro Señor Jesucristo" equivale a "nuestro recogimiento a él":

 

 

¡Para sorpresa de todos Pablo vuelve a usar el término "la venida de él" diciendo que ENTONCES CRISTO DESTRUIRÍA AL ANTICRISTO! En el mismísimo capítulo 2 de 2 Tesalonicenses, Pablo nos dice:

Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida

(2 Tesalonicenses 2:8)

"SU VENIDA" es un término que traducido literalmente se dice "la venida de él"; es pues EL MISMO SIGNIFICADO que "la venida de nuestro Señor Jesucristo" del versículo 1 de este capítulo 2 de 2 Tesalonicenses (en ambos casos se usa la palabra griega "parousía" con artículo adelante, y el genitivo que le sigue denota la misma persona, la persona del Señor Jesucristo), se trata pues entonces de un mismísimo evento (ver APÉNDICE 4). Y como sabemos, lo demostramos en 7.2, "la venida de nuestro Señor Jesucristo" equivale a "nuestro recogimiento a él"; o dicho de otra manera, LA VENIDA DE CRISTO EQUIVALE AL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA. Y como en 2 Tesalonicenses 2:8 EL RESPLANDOR DE LA VENIDA DE CRISTO DESTRUYE AL ANTICRISTO, entonces EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA SE PRODUCE A LA DESTRUCCIÓN DEL ANTICRISTO, LO CUAL ACONTECE LUEGO DE LA GRAN TRIBULACIÓN:

 

 

 

7.8.  COMENTARIO SOBRE LA ADVERTENCIA DE PABLO

Habiendo demostrado acabadamente que la Iglesia es arrebatada a la destrucción del anticristo, lo que equivale a decir que es arrebatada LUEGO de la gran tribulación, pasamos ahora a un mero comentario sobre la advertencia de Pablo de que no nos dejemos engañar por quienes digan que el día de Cristo "esté cerca" (2 Tesalonicenses 2:2).

El texto griego no dice realmente "esté cerca", traducción que es muy general y no refleja algunos elementos que vienen incluidos con el significado de la palabra griega. La palabra griega utilizada es un verbo que puede significar "estar presente" o "ser inminente"; además, Pablo usa aquí el Tiempo Perfecto en Modo Indicativo; de manera que el verbo indicaría en el primer caso que el día de Cristo "ya ha llegado y está ahora presente", y en el segundo caso indicaría que el día de Cristo "ha llegado a ser inminente" como que es "inevitablemente inminente". Así que la palabra significa un poco más que meramente "estar cerca", significa que ya está ocurriendo (o que está cerca por estar presente) o que inevitablemente ocurrirá inmediatamente (o que está cerca por ser inevitablemente inminente).

 

Parece ser que Pablo estaba contendiendo con algunos que decían que la venida de Cristo ya había acontecido o que decían que estaba por ocurrir inmediatamente (al decir que era inevitablemente inminente); eso traía confusión a los creyentes que en el primer caso podrían pensar que se habrían perdido las bendiciones de la venida de Cristo; entonces Pablo les dice que, antes que acontezcan la venida de Cristo y el arrebatamiento, tiene que venir el anticristo, el cual será finalmente destruido por el resplandor de la venida de Cristo. Lo curioso en todo esto es que esta advertencia puede llegar algún día a ser de aplicación contra el error pretribulacional del rapto secreto; cuando llegue la gran tribulación, y los creyentes pretribulacionistas se encuentren con que no han sido arrebatados como creían, entonces pensarán que el rapto secreto ha ocurrido y que ellos se han perdido el arrebatamiento y que el día de Cristo ha llegado; entonces será aplicable a ellos la advertencia de Pablo; los hermanos pretribulacionistas deberán salir de su engaño pretribulacional y aceptar que el día de Cristo no vendrá sin que antes venga el anticristo y que el arrebatamiento ocurrirá recién al final de la gran tribulación cuando el anticristo será destruido; esto será esencial para ellos a fin de escapar de la confusión que puede sobrevenirles en aquel tiempo a causa de su error.

 

En el segundo caso que dice "como que el día de Cristo sea inminente",  entonces, la advertencia del apóstol Pablo es de directa aplicación a los pretribulacionistas  de este tiempo que dicen que Cristo puede aparecer en cualquier momento porque ya no hay nada que impida que Cristo vuelva por su Iglesia, los tales deberán comprender que el arrebatamiento no ocurrirá sin que primero transcurran el anticristo y su actuación, según lo dice el Apóstol Pablo.

 

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