LAS BASES DE LA FE POSTRIBULACIONAL
Por Adolfo Ricardo Ybarra
Copyright 2005,
A. R. Y. y J. J. Y.
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CAPÍTULO 2.
que guarden todas las cosas que
os he mandado
DEMOSTRACIÓN, BASADA EN Mateo 28:19-20, MATEO 24,
MARCOS 13 y Lucas 21:5-36, de que La iglesia HA RECIBIDO MANDAMIENTOS A
SER CUMPLIDOS POR ELLA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN. Demostración de que los
discípulos ya eran considerados la iglesia en tiempos del ministerio terrenal
de cristo
Benjamin W.
Newton (1805-1898): "El Rapto Secreto fue bastante malo, pero esto [la
igualmente novedosa idea de John Darby de que el libro de Mateo está sobre
terreno 'Judío' en lugar de terreno de la 'Iglesia'] fue peor"
(unpublished Fry MS. and F. Roy Coad's Prophetic Developments, p. 29).
2.1. LA CLAVE INTERPRETATIVA DE
MATEO 28:19-20, EN LA GRAN COMISIÓN DE LOS APÓSTOLES
Mateo 28:19-20
19 Por tanto, id, y
doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo:
20 Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
Nos
ocuparemos ahora de una poderosa clave interpretativa, nos referimos a la gran
comisión dada por el Señor a sus discípulos en la parte que dice que deben
doctrinar enseñando a los bautizados a que sean guardadas "todas las cosas" que él les ha
mandado, excluyendo, claro esta, mandamientos abrogados explícitamente como el
de Marcos 6:8, Mateo 10:10 y Lucas 9:3, 10:4 (Mandamiento luego abrogado
explícitamente por el Señor con un nuevo mandamiento en Lucas 22:35-36).
1)
Jesús mandó a sus discípulos que TODAS las
cosas que él les mandó a ellos sean guardadas también por los discípulos de
ellos, futuros miembros de la Iglesia.
2)
Jesús, en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21:5-36 mandó a sus discípulos muchas
cosas que ellos deberían hacer antes y durante el tiempo de la Gran
Tribulación.
3)
Las cosas que Jesús mandó a sus discípulos en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21:5-36 para que ellos las cumplan
antes y durante el tiempo de la Gran Tribulación forman parte de las cosas que
ellos deberían enseñar a guardar a la Iglesia; pues él les ordenó que TODAS LAS
COSAS que él les mandó sean enseñadas para que la Iglesia las guarde.
4)
Entonces la Iglesia debe ser enseñada a guardar TODAS LAS COSAS que él mandó a
los discípulos para ser cumplidas; TODAS incluyen tanto las cosas mandadas para
antes así como las cosas mandadas para durante la Gran Tribulación.
En
fin, concluimos pues que La iglesia HA
RECIBIDO MANDAMIENTOS A SER CUMPLIDOS POR ELLA DURANTE LA GRAN TRIBULACIÓN.
Obviamente la Iglesia entonces pasará por la Gran Tribulación.
2.2. SERIA ADVERTENCIA A
MISIONEROS Y PASTORES PRETRIBULACIONISTAS
Se
ha demostrado que todas las cosas que Cristo mandó a los Apóstoles son para la
Iglesia, incluyendo los mandamientos para el tiempo de la Gran Tribulación; de
esto se desprende que los pastores y misioneros que no están enseñando esos
mandamientos a la Iglesia, y que enseñan a la Iglesia diciéndole que será
arrebatada antes de la Gran Tribulación, están deficientes en ese punto y están
pasando por alto para la Iglesia
instrucciones vitales para el tiempo de la Gran Tribulación por el cual
tendrá la Iglesia que atravesar. Esto es algo sumamente grave, y es necesario
que los pastores y misioneros pretribulacionistas se armen de paciencia y
corrijan ese error; que aunque no es un error que hace a la salvación, es al
fin y al cabo un error.
2.3. IMPORTANTES MANDAMIENTOS DEL
SEÑOR PARA NOSOTROS EN MATEO 24, MARCOS 13
Lucas
21:5-36
Una
lectura de Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21:5-36 nos mostrará la importancia
vital de los mandamientos de Cristo para los Apóstoles y para la Iglesia a ser
tenidos en cuenta antes y durante la Gran Tribulación. He resaltado esos
mandamientos en mayúscula.
Mateo 24:1-51
1 Y salido Jesús,
íbase del templo; y se llegaron sus discípulos, para mostrarle los edificios
del templo.
2 Y respondiendo él,
les dijo: ¿Veis todo esto? de cierto os digo, que no será dejada aquí piedra
sobre piedra, que no sea destruída.
3 Y sentándose él en
el monte de las Olivas, se llegaron a él los discípulos aparte, diciendo:
Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del
mundo?
4 Y respondiendo
Jesús, les dijo: Mirad que nadie os
engañe.
5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y
a muchos engañarán.
6 Y oiréis guerras, y rumores de guerras:
mirad que no os turbéis; porque es
menester que todo esto acontezca; mas aún no es el fin.
7 Porque se levantará
nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y
terremotos por los lugares.
8 Y todas estas
cosas, principio de dolores.
9 Entonces os
entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las
gentes por causa de mi nombre.
10 Y muchos entonces
serán escandalizados; y se entregarán unos a otros, y unos a otros se
aborrecerán.
11 Y muchos falsos
profetas se levantarán y engañarán a muchos.
12 Y por haberse
multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará.
13 Mas el que
perseverare hasta el fin, éste será salvo.
14 Y será predicado
este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todos los Gentiles;
y entonces vendrá el fin.
15
Por tanto, cuando viereis la abominación del asolamiento, que fue dicha
por Daniel profeta, que estará en el lugar santo, (el que lee, entienda),
16
Entonces los que están en Judea, huyan a los montes;
17
Y el que sobre el terrado, no descienda a tomar algo de su casa;
18
Y el que en el campo, no vuelva atrás a tomar sus vestidos.
19 Mas ¡ay de las
preñadas, y de las que crían en aquellos días!
20
Orad, pues, que vuestra huída no sea en invierno ni en sábado;
21
Porque habrá entonces grande aflicción, cual no fue desde el principio
del mundo hasta ahora, ni será.
22 Y si aquellos
días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los
escogidos, aquellos días serán acortados.
23 Entonces, si alguno os dijere: He aquí está el
Cristo, o allí, no creáis.
24 Porque se
levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y darán señales grandes y
prodigios; de tal manera que engañarán, si es posible, aun a los escogidos.
25 He aquí os lo he
dicho antes.
26 Así que, si os dijeren: He aquí en el desierto
está; no salgáis: He aquí en las cámaras; no creáis.
27 Porque como el
relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será
también la venida del Hijo del hombre.
28 Porque donde
quiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
29 Y luego después
de la aflicción de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su
lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán
conmovidas.
30 Y entonces se
mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas
las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes
del cielo, con grande poder y gloria.
31 Y enviará sus
ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán sus escogidos de los cuatro
vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.
32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya
su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.
33
Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está
cercano, a las puertas.
34 De cierto os
digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan.
35 El cielo y la
tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
36 Empero del día y
hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino mi Padre solo.
37 Mas como los días
de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.
38 Porque como en
los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en
casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca,
39 Y no conocieron
hasta que vino el diluvio y llevó a todos, así será también la venida del Hijo
del hombre.
40 Entonces estarán
dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado:
41 Dos mujeres
moliendo a un molinillo; la una será tomada, y la otra será dejada.
42
Velad pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.
43
Esto empero sabed, que si el padre de la familia supiese a cuál vela el
ladrón había de venir, velaría, y no dejaría minar su casa.
44
Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre
ha de venir a la hora que no pensáis.
45 ¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al
cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento a tiempo?
46
Bienaventurado aquel siervo, al cual, cuando su señor viniere, le
hallare haciendo así.
47 De cierto os digo,
que sobre todos sus bienes le pondrá.
48 Y si aquel siervo
malo dijere en su corazón Mi señor se tarda en venir:
49 Y comenzare a
herir a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos;
50 Vendrá el señor
de aquel siervo en el día que no espera, y a la hora que no sabe,
51 Y le cortará por
medio, y pondrá su parte con los hipócritas: allí será el lloro y el crujir de
dientes.
Marcos 13:1-37
1 Y saliendo del
templo, le dice uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué
edificios.
2 Y Jesús
respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? no quedará piedra sobre
piedra que no sea derribada.
3 Y sentándose en el
monte de las Olivas delante del templo, le preguntaron aparte Pedro y Jacobo y
Juan y Andrés:
4 Dinos, ¿cuándo serán
estas cosas? ¿y qué señal habrá cuando todas estas cosas han de cumplirse?
5 Y Jesús
respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad,
que nadie os engañe;
6
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y
engañaran a muchos.
7
Mas cuando oyereis de guerras y de rumores de guerras no os turbéis,
porque conviene hacerse así; mas aun no será el fin.
8 Porque se
levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en
muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores serán estos.
9 Mas vosotros mirad por vosotros: porque os
entregarán en los concilios, y en sinagogas seréis azotados: y delante de
presidentes y de reyes seréis llamados por causa de mí, en testimonio a ellos.
10
Y a todas las gentes conviene que el evangelio sea predicado antes.
11
Y cuando os trajeren para entregaros, no premeditéis qué habéis de
decir, ni lo penséis: mas lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad;
porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
12 Y entregará a la
muerte el hermano al hermano, y el padre al hijo: y se levantarán los hijos
contra los padres, y los matarán.
13 Y seréis
aborrecidos de todos por mi nombre: mas el que perseverare hasta el fin, éste
será salvo.
14
Empero cuando viereis la abominación de asolamiento, que fue dicha por
el profeta Daniel, que estará donde no debe (el que lee, entienda), entonces
los que estén en Judea huyan a los montes;
15
Y el que esté sobre el terrado, no descienda a la casa, ni entre para
tomar algo de su casa;
16
Y el que estuviere en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.
17 Mas ¡ay de las
preñadas, y de las que criaren en aquellos días!
18
Orad pues, que no acontezca vuestra huída en invierno.
19 Porque aquellos
días serán de aflicción, cual nunca fue desde el principio de la creación que
crió Dios, hasta este tiempo, ni será.
20 Y si el Señor no
hubiese abreviado aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de
los escogidos que él escogió, abrevió aquellos días.
21 Y entonces si alguno os dijere: He aquí, aquí
está el Cristo; ó, He aquí, allí está, no le creáis.
22 Porque se
levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y darán señales y prodigios, para
engañar, si se pudiese hacer, aun a los escogidos.
23 Mas vosotros mirad; os lo he dicho antes todo.
24 Empero en
aquellos días, después de aquella aflicción, el sol se obscurecerá, y la luna
no dará su resplandor;
25 Y las estrellas
caerán del cielo, y las virtudes que están en los cielos serán conmovidas;
26 Y entonces verán
al Hijo del hombre, que vendrá en las nubes con mucha potestad y gloria.
27 Y entonces
enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el
cabo de la tierra hasta el cabo del cielo.
28 De la higuera aprended la semejanza: Cuando su
rama ya se enternece, y brota hojas, conocéis que el verano está cerca:
29
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, conoced que
está cerca, a las puertas.
30 De cierto os digo
que no pasará esta generación, que todas estas cosas no sean hechas.
31 El cielo y la
tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
32 Empero de aquel
día y de la hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el
Hijo, sino el Padre.
33 Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo
será el tiempo.
34 Como el hombre
que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió facultad a sus siervos, y a cada uno
su obra, y al portero mandó que velase:
35
Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá; si a la
tarde, o a la media noche, o al canto del gallo, o a la mañana;
36 Porque cuando
viniere de repente, no os halle durmiendo.
37 Y las cosas que a vosotros digo, a todos las
dijo: Velad.
Lucas 21:5-36
5 Y a unos que decían
del templo, que estaba adornado de hermosas piedras y dones, dijo:
6 Estas cosas que
veis, días vendrán que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida.
7 Y le preguntaron,
diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿y qué señal habrá cuando estas cosas
hayan de comenzar a ser hechas?
8 El entonces dijo: Mirad, no seáis engañados; porque vendrán
muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy; y, el tiempo está cerca: por tanto, no
vayáis en pos de ellos.
9
Empero cuando oyereis guerras y sediciones, no os espantéis; porque es
necesario que estas cosas acontezcan primero: mas no luego será el fin.
10 Entonces les
dijo: Se levantará gente contra gente, y reino contra reino;
11 Y habrá grandes
terremotos, y en varios lugares hambres y pestilencias: y habrá espantos y
grandes señales del cielo.
12 Mas antes de
todas estas cosas os echarán mano, y perseguirán, entregándoos a las sinagogas
y a las cárceles, siendo llevados a los reyes y a los gobernadores por causa de
mi nombre.
13 Y os será para testimonio.
14
Poned pues en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de
responder:
15
Porque yo os daré boca y sabiduría, a la cual no podrán resistir ni
contradecir todos los que se os opondrán.
16 Mas seréis
entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán
a algunos de vosotros.
17 Y seréis
aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
18 Mas un pelo de
vuestra cabeza no perecerá.
19 En vuestra
paciencia poseeréis vuestras almas.
20
Y cuando viereis a Jerusalem cercada de ejércitos, sabed entonces que su
destrucción ha llegado.
21
Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes; y los que en
medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.
22 Porque estos son
días de venganza: para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
23 Mas ¡ay de las
preñadas, y de las que crían en aquellos días! porque habrá apuro grande sobre
la tierra e ira en este pueblo.
24 Y caerán a filo
de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones: y Jerusalem será
hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.
25 Entonces habrá
señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de
gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas:
26 Secándose los
hombres a causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán a la
redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas.
27 Y entonces verán
al Hijo del hombre, que vendrá en una nube con potestad y majestad grande.
28
Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad, y levantad vuestras
cabezas, porque vuestra redención está cerca.
29
Y díjoles una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles:
30
Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros mismos entendéis que el verano
está ya cerca.
31
Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas, entended que
está cerca el reino de Dios.
32 De cierto os
digo, que no pasará esta generación hasta que todo sea hecho.
33 El cielo y la tierra
pasarán; mas mis palabras no pasarán.
34
Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de
glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente
sobre vosotros aquel día.
35 Porque como un
lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36
Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de
evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo
del hombre.
2.4.
Demostración de que los discípulos ya eran considerados la iglesia en tiempos
del ministerio terrenal de cristo
Ya
hemos demostrado que los mandamientos para el tiempo de la Gran Tribulación son
para la Iglesia; ahora demostraremos claramente que los discípulos eran
considerados la Iglesia aún en el tiempo de su ministerio terrenal, y que por
lo tanto, al recibir los mandamientos de Jesús para la Gran Tribulación en el
Monte de las Olivas, ellos los recibieron como Iglesia. Esto es lo que fue
dicho en la INTRODUCCIÓN:
Principia entonces el Señor en el Monte de las Olivas un
discurso a sus discípulos, a su Iglesia. Ellos aún no habían recibido el
Espíritu Santo como lo recibirían en Pentecostés, aunque el Espíritu estaba con
ellos no estaba en ellos como para siempre lo estaría a partir de Pentecostés
(Juan 14:16-17); pero ya eran su Iglesia; la era del Antiguo Testamento solo
alcanzó hasta Juan el Bautista (Lucas 16:16); Juan, como representante final de
los santos profetas del Antiguo Testamento se llamó a sí mismo el amigo del
esposo; mientras que los discípulos de Cristo ya eran considerados,
espiritualmente hablando, como la esposa de Cristo (Juan 3:29), es decir como
su Iglesia (Efesios 5:23-32). Y aunque el Señor dijo que edificaría su Iglesia,
no dijo que en el futuro instauraría su Iglesia (Mateo 16:18) sino que la
edificaría y ahora mismo el Señor consideraba a sus discípulos la Iglesia
(Mateo 18:17), pues les dio consejos de cómo recurrir entonces mismo a la
Iglesia.
De
manera que como los discípulos eran considerados la Iglesia en el tiempo del
ministerio terrenal de Cristo, concluimos pues que los mandamientos de Cristo a
sus discípulos para el tiempo de la Gran Tribulación, son mandamientos para la
Iglesia.
2.5. UNA DEMOSTRACIÓN DOBLEMENTE
FUERTE
Así
concluimos la demostración de éste capítulo. Hemos dejada asentada aquí otra
base de la fe postribulacional. En este caso tenemos dos demostraciones
independientes que nos conducen a una misma cosa, la primera demuestra que los
mandamientos para la Gran Tribulación son para la Iglesia, la segunda demuestra
que la Iglesia misma fue quien recibió los mandamientos para la Gran
Tribulación. Todo lo cual significa que la Iglesia deberá pasar por el tiempo
de la Gran Tribulación.
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