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Xavier Bayle /
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Xavier Bayle
"La diferencia es una palabra sutil, una palabra que segrega, dispara, mata o da la vida, según su peso y en qué contextos se desarrolle.
La diferencia entre unas
características craneales u otras condenó a seis millones de judías. La
diferencia en los niveles de melanina significó y significa la cruenta batalla
entre las razas. La diferencia de los idiomas, los credos, los sexos, entabla
desgarradores combates entre los tipos de animales humanos que poblamos este
planeta.
La diferencia es una palabra que oprime, en lugar de liberarnos y enriquecernos.
Sin embargo, y con diferencia, la más brutal de las diferencias, es aquella
resultante de comparar a los animales antropomorfos, políticos, religiosos,
culturales y económicos que somos, con respecto al resto de
los animales. Esa comparación que nos sitúa en lo alto de la cadena trófica".
Del 4 al 31 de mayo del 2006, Xavier Bayle presentó en el centro de Torun
(Polonia), en el subterráneo Pod Aniolem, una exposición titulada "La diferencia"-Una visión no antropocentrista sobre el
dolor y la muerte.
La muestra consiste en una veintena de ilustraciones que evidencian los
maltratos y la destrucción que el ser humano practica con SUS esclavos
naturales, el resto de animales. Centrándose en el tema de la vivisección, las
matanzas de perros, la cría intensiva, los mataderos, o el circo, por ejemplos.
El no-antropocentrismo de la muestra estriba en que se ha sustituido a los animales
torturados y masacrados por bebés y niñas de corta edad, el resultado es tan
estremecedor como elocuente.
La diferencia es una palabra sutil, una palabra que segrega, dispara, mata o da
la vida, según su peso y en qué contextos se desarrolle. La diferencia entre
unas características craneales u otras condenó a seis millones de judías. La
diferencia en los niveles de melanina significó y significa la cruenta batalla
entre las razas. La diferencia de los idiomas, los credos, los sexos, entabla
desgarradores combates entre los tipos de animales humanos que poblamos este
planeta.
La diferencia es una palabra que oprime, en lugar de liberarnos y enriquecernos.
Sin embargo, y con diferencia, la más brutal de las diferencias, es aquella
resultante de comparar a los animales antropomorfos, políticos, religiosos,
culturales y económicos que somos, con respecto al resto de los animales. Esa
comparación que nos sitúa en lo alto de la cadena trófica.
Las razones de tal situación son muchas. Las religiones, especialmente una tan
totalitaria como la católica, lo explican de un modo simple: dios ha sido creado
a imagen y semejanza del ser humano, aunque el manual rece lo opuesto. La
vanidad humana nos ha ubicado en un rol de amas del universo; ya nada va a
escapar a nuestra codicia, -a nuestra capacidad para el mal-, que los animales y
la mayoría de las niñas, ignoran.
En el nombre de la gula, el hedonismo, la lujuria, la avaricia, la razón de la
fuerza, la ineptitud y la pérdida consciente de los equilibrios que nos vinculan
a la naturaleza, torturamos, desollamos, asesinamos, despedazamos y destruimos a
cien mil millones de animales no humanos en el transcurso de cada año, con mayor
crueldad si cabe a la que reservamos para nuestros congéneres, pero con mucha
más eficacia y, lo que es peor, sin la más mínima vergüenza.
La inconsciencia que acarreamos despreciando a los animales no humanos es la
misma que, hace doscientos años, ponía a las hembras de nuestra especie en un
plano inferior. Todas, hombres y mujeres, "sabían" perfectamente que la mujer
poseía un código moral ligero, una inteligencia mediocre y, en definitiva, poca
capacidad para la resolución de ciertos conflictos. Hizo falta defenestrar a
mucha gente, matarla incluso, para que las mujeres accedieran al sufragio
universal, para que fueran iguales a los machos plenipotenciarios. Para que se
dejara de ahorcar a las negras, para que cesara la labor de las cámaras de gas.
Hizo falta la fuerza de la razón para vencer a la razón de la fuerza.
Hoy, algunos años después, pero muy poco más evolucionados, los animales no
humanos, sin embargo, empiezan a tener una voz que no muge, bala, relincha,
maúlla o ladra, una voz, con timbre humano, que clama: "detened la matanza" en
todos los idiomas de la especie. Mediante el llamamiento a los gobiernos por los
derechos animales, mediante la conducta individual (veganismo o vegetarianismo,
el uso de alternativas a la explotación animal, con prendas y productos que no
lleven dolor o muerte.. .), mediante el ejercicio de la más elemental de
nuestras virtudes: la razón.
Pretender que resulta incomparable la relación entre el animal humano y el resto
de hermanas y hermanos en la comunidad de la vida, dispongan de escamas, plumas,
pelo o desnudez, es ridículo, propio de enfermos de antropocentrismo. Esta
exposición muestra cuánto podemos parecernos al resto de los animales en su
soledad, en su dolor, en su defenestración, en
su miseria. En su muerte.
Del mismo modo que la bisnieta inquieta sigue preguntando a la bisabuela qué
hacía ella cuando tantos millones de personas estaban siendo eliminadas en
Oswiecim, Treblinka, Majdanek, Bergen-Belsen, Sachenhausen, y tantos otros
infiernos; de ese mismo modo, las bisnietas de mañana preguntarán qué hacíamos
nosotras cuando un holocausto legal y convulso como el que sucede en este mismo
instante, se desarrolla con nuestra connivencia, con nuestra acción o nuestra
omisión, con nuestro silencio.
Entonces deberemos responderles. Y, qué les responderemos, qué les sabremos
decir. O, lo que es más grave, ¿ con qué cara lo haremos ?.
Xavier Bayle
[email protected]
ESCORIA EN FIESTAS
"Arrancadle los cojones, arrancadle los cojones", babea con ejemplar guturación
la muchedumbre apelotonada en los derredores del bicorne. "Reventadle el cráneo,
vaciarle los ojos, atravesarle las orejas, que reviente el jodido", tal suenan
los deseos de la hermosa -y pacífica donde las haya- población de Escoria, en el
plano cacereño, una vez al año, cuando el infausto ajusticiado, el"toro acerico"
es elegido para aliviar la frustración del público que acude a las fiestas
patronales, ejemplares personas -donde las haya- que no han tenido la magna
oportunidad de participar en una guerra y poder así despedazar a todo lo que se
menee, teniendose que conformar con demostrar la cantidad y calidad de su
contenido hormonal, así como la ovoidad de sus atributos, soplándole alfileres a
un herbívoro de unos cuantos cientos de kilos, y que luego será orgullosamente
rematado por otro energúmeno, más macho -donde los haya-, con licencia de armas
y poca sensibilidad para lo ajeno a la sangre. Deben haber ostias por ver quien
se queda con los testículos del
animal..., y es que son un plato exquisito. Si, por lo que aparenta, Escoria
está llena de tragahuevos.
Nunca he estado en Escoria, a bien seguro se trata de una población incluso con
sus arquitecturas hermosas, que han permanecido bellas al tiempo... y con sus
cutres y pedorras edificaciones al lado, como dicta el manual de arquitectura en
boga, porque la mayoría de los pueblos de Ejjjpaña poseen tal cualidad
urbanística. Debe ser nuestro adn que no nos
deja comulgar con la belleza y nos empuja a la mediocridad de qué modo.
Nunca, como decía, he estado en Escoria, y me importa bien poco si el simple aderezo de las dos primeras letras a su nombre lo denigra, casi es lo de menos cuando se trata de compararlo a la tortura consciente, depravada y enferma a un animal de cuatro patas por otros animales de dos, que no distinguen entre lanzar dardos a una diana y arrojar agujas a una carne tibia, viva y sensible. Me da por añadir que a lo mejor les falta un poco de escolarización, de la buena, porque de la otra hasta yo he mamado.
No sé, esto quizás suena a gratuíto, pero ahí queda.
Y como decía que Ejjjjjpaña é diferente, a nadie le extraña que algo así suceda,
digo, que se asaetée con cientos de pequeños dardos a un toro para ponerse
cachonda viendole la sangre manar del cuerpo dolorido, hay que estar bien tarada
para disfrutar con tales espectáculos, pero qué le vamos a hacer, desde que
murió Torquemada al pueblo llano ya no le quedan domingos felices y tienen que
irse consolando con destruir a los inocentes sin voz, a las verdaderas víctimas
de cada fiesta, porque fiestas hay muchas, y taradas a patadas. Y a ver quien es
la guapa que las censa a todas, incólume tarea.
A mi es que me jode mal que el dinero que me quitan de los impuestos vaya
destinado a que una manada de sádicas acribillen a un bovino, porque les
divierte, porque nadie les da cuatro collejas y les hace escribir cien veces "no
seré una desgraciada". Porque el ayuntamiento y la democracia que los matriculó
hayan visto en tal brutalidad una fuente de ingresos y
de turismo fácil. A mi es que me jode mal que las escauriensas -que seguro que
se dedican a otras actividades no tan asesinas- evidencien tan pomposamente lo
incompletas que son y escriban el renglón de historia que a todas nos toca
escribir con tan penosa letra y tan gordos manchurrones.
Como si no estuvieran alfabetizadas, vamos. A lo mejor se
trata de un caso flagrante de analfabetismo, quién sabe, dejo el tema abierto.
Escoria fue a caer en Extremadura, a orillitas de Portugal, lo digo por si se os
ocurre daros un garbeo estas vacaciones, para que podáis dar un rodeo y ni
acercaros, porque apesta, como su nombre indica. Huele a sangre barata, a
emociones falsas, a calcetín sucio, es de aquellos pueblo plagados de avezadas
adictas a la sangre que necesitan verterla con soltura para que algo les haga
gracia, son así de risueñas estas escauriensas, son así de majas.
Y poniéndome en el lugar del toro, me imagino lo que es que te prendan
puntiagudas flechitas en el cuerpo, que te rajen un ojo o te taladren la nariz,
de todas es sabido que eso provoca hilaridad. Que le asesinen a una con un tiro
en la cabeza, como la valentía sin par del "matador" indica, tambien es la mar
de jocoso, y que te corten los testículos eso ya es desternillante, la monda,
oye. Aunque bien pensado hace falta más de un riego para encontrarle la gracia a
algo así. A lo mejor las escauriensas andan faltas de calcio, qué sé yo. Dejo
otro tema abierto, como el de la escolarización, un poco escorializada.
El "toro acerico" de Escoria es otra de las costras de lepra que el divertimento
ejjpañol procura al cuerpo de sus sabias habitantes, otra muestra evidencial de
que la brutalidad y la sensibilidad, al igual que la forma y el contenido,
mantienen una febril contienda en los siglos y de que todavía no se ha
comprendido que sólo la delicadeza construye y sólo la torpeza derruye. Así que
las escauriensas son, como mínimo, torpes hasta la médula. Y lo digo procurando
agredir, con esperanza de levantar todas las ampollas posibles, a ver si así les
da un aire y se ponen a pensar sintiendo -y viceversa-, que andan un poco
rezagadas en tales asuntos.
Tontesillas, Escoria, Mierdinaceli, Vergüenz de la Frontera, Lerdeitio... el
listado de lo espeluznante recorre la orografía ejjjpañola con minucioso
sadismo, apuntando con su punzante dedo los rostros y los seres que allí se
desgarran para jolgorio de la humana incapaz de discriminar el bien y el mal, lo
saludable y lo podrido. Este país necesita un meneo, para que los habitantes de
pro que claman todavía "como en Ejjjpaña ni hablar", se vayan enterando de que
la validez de los pueblos no reside en su nivel tecnológico, que también el
nazismo usa internet y que también los hijosdeputa y los violadores tienen
móvil; que la legitimidad ante la historia de todos los pueblos se basa en la
ética, en el trato mutuo y en la colaboración, más allá de aquella que se
precisa para destruir una vida, por muchos cuernos que esta tenga, por muy poco
que se la haya valorado de antemano.
Xavier Bayle
"crónica del fin de semana contra el circo"
Polonia 22-23 ABRIL 2006
El sábado 22 de abril y el domingo 23, a consecuencia de la llegada del Circo
Zalewski (el más importante de Polonia) a nuestra ciudad, se organizaron grupos
de protesta frente a la taquilla de entrada para denunciar la tortura que TODOS
los animales de TODOS los circos del mundo sufren durante su doma y
especialmente en la precaria situación en que estos negocios obligan a vivir a
sus principales fuentes de beneficios, los animales.
El circo Zalewski, cuyo director, el Señor Zalewski es conocido por su afición a
la bebida, fue denunciado por activistas de Empatia hace algunos meses por
abandonar en el descampado perimetral a donde se hallaban ubicada las
instalaciones del negocio que gestiona, el cadáver de un camello enfermo. Se
especula con que la carne fuera consumida por los otros animales carnívoros de
los cuales el circo dispone, pues sólo apareció el esqueleto. Los animales, en
el mismo reportaje, aparecen junto a basureros, denotando las pésimas
condiciones que el negocio cuida en sus infraestructuras.
Fotografías y más información al respecto (en polaco) :
http://empatia.pl/str.php?dz=5&id=530
La policia hizo acto de presencia en cada una de las protestas ( tres, una
por cada función ), siendo especialmente grosera y partidista en el tema a favor
de la tortura animal. Las activistas, por su lado, repartían folletos
informativos. Los actos fueron tratados de boicotear por la seguridad del circo
mediante ridículos argumentos que, por supuesto, no llegaron a puerto, e incluso
con momentos de especial tensión. El mismo circo, un año antes, había arrojado
cubos de agua a las activistas que se
manifestaban.
Este año ha sido el propio señor Zalewski quien acusaba a las actistas de putas
y de drogadictas, llegando incluso a agredir físicamente a una de ellas,
portadora del megáfono.
Zalewski, doma a tu madre.
No más circos con animales. La doma es tortura legal.
Liberación animal, liberación humana.
Más fotografías, de la protesta:
http://www.pl.indymedia.org/pl/2006/04/20175.shtml
TRA-ADICCIÓN
El alcalde de Tordesillas probablemente tiene vagina y probablemente asimismo
todavía menstrua, pero es un tio, sin duda, delatando estentóreamente su
complejo de inferioridad, su freudiana envidia de pene o su simple y funcional
apego -vulgo adhesivación-, al cargo que ejecuta. Sólo así soy capaz de
comprender el Toro de la Vega. O de la Verga, como parece realmente ser por
aquellos lares.
Dejando de lado el tema de que los machos debemos dejarnos los cojones en el
lavabo después de ducharnos porque andamos jorobados del peso que nos causa -o
quizás luchando por mantener la verticalidad contra ese peso andamos demasiado
erguidos, altaneros y soberbios-, resulta indignante que miles de personas
persigan a un animal acorralado y lo linchen mientras sus cuerpos alcoholizados
por la alegría del festejo patrio, exhiben sus coeficientes bajo minimos, sería
cosa de burla y escarnio de no ser porque el toro sufre de verdad, se caga de
verdad de miedo, y muere desangrándose ante el populacho ebrio de subnormalidad
no diagnosticada y adicto a la tradición. El alcalde de Tontesillas,
probablemente los cojones más sui generis de Valladolid, financia con dinero
público esta tortura en el nombre de valores que ya nadie con una caja craneal y
un costillar lleno de algo toma en serio. Los argumentos del Toro de la Verga,
curiosamente, coinciden con algunos de los empleados por el Ku-Klux-Klan y el
neonazismo actual, porque ya aprendimos que el ser humano es un animal tan
fascista como su voluntad de negar este hecho. Como aprendimos que existen
personas de ochenta años con el alma liviana de las niñas y personas de
veinticinco que apestan a naftalina.
Existe en Ejjjpaña cañí muchas deficiencias económicas que son tratadas de un
modo ciertamente subdesarrollado, la calidad en la enseñanza publica, el ingente
problema de la especulación y la vivienda, el terrorismo de estado ( más
terrible que el convencional ), los sueldos miserables de la esclavitud
-pertinentemente rebautizada como trabajo temporal-, la situación lamentable del
racismo, que anda necesitando otra campaña informativa a escala estatal, etc...
Los millones de euros que derivan en subvencionar la orgia de sangre que supone
la figura del toro ( emblema nacional ), bien pudieran utilizarse para tratar de
paliar estas carencias. Que no es lo mismo financiar el arte que el asesinato,
vamos, digo yo. Que lo de Quincey era una broma literaria y sólo los más tontos
no la pillan.
Los gobiernos, por otro lado, únicos responsables de cuanto sucede en cada
territorio ( al igual que los pueblos pero con poder para reconducir la gestión
de los recursos ), son una masa amorfa minuciosamente adiestrada en ignorar, en
abandonarse a la inercia de la costumbre e incluso en identificarse con esa
ignorancia.
Ahora se me ocurre, yendo más allá ( o más acá, según se mire ), que tratar de
hablar de veganismo a una especie que acribilla un animal pacífico ( tanto como
pudiera serlo el ser humano ), a lanzazos o rentabiliza durante cuatro años la
vida de un toro, esperando pacientemente el peso adecuado para luego comerciar
con su muerte, es de ingenuos. El pueblo llano nos busca las antenas cuando
decimos que no usamos animales para existir, que compramos con responsabilidad y
mesura, para ya definitivamente preguntar de qué planeta venimos con la sorna de
quien cree haber confeccionado un chiste destinado a conmocionar los cimientos
de la historia del humor. Ignorando al mismo tiempo -la base del pueblo llano,
ya lo dije-, que no hacen sino vilipendiarse a sí mismas, como las personas que
asisten a un linchamiento público -tauromafia para los entendidos-, con el mismo
derecho legal y democrático de quienes practicaron sufragio universal en favor
de Hitler. Y aunque pudiera parecer que somos adictos al rechazo nada querríamos
más que la sociedad adoptara este método de no violencia ni rentabilizacion que
se usa contra los animales no humanos, y por extension con los humanos.
La incoherencia individual es cómplice de la indiferencia colectiva
La guinda del pastel la colocó Juan Carlos Illera del Portal ( Director del
Departamento de Fisiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la
Universidad Complutense de Madrid... largo título para un simple
pseudocientífico ), manifestando hace poco que el toro segregaba betaendorfinas
a manta cuando lo acribillaban, o sea que para él era un manjar esto de ser
trinchado en la plaza. Si los veterinarios salen licenciados como él, dios nos
asista, este país va a convertirse en un saco de mierda, porque eso quizás
significa por ejemplo también que las mujeres pegadas -poseyendo esa cualidad
como muchos animales de reaccionar quimicamente ante el dolor-, esperan con
ansia la vuelta del marido cabreado para recibir su éxtasis místico de hostias
cotidiano. Cada especie a su nivel de segregación hormonal, claro está, no
vayamos a confundir y mezclar especies, ¿ verdad ?.
Respecto a la contra vale replicar que, enfocadas desde el prisma de la
efectividad y la popularidad a corto y medio plazo, cualquiera de las luchas
llevadas a cabo durante la historia de nuestra especie en aras de la evolución
ha resultado, como mínimo, ingenua, cuando no tachada de aparentemente inútil,
irrisoria o digna de exterminio. El ser humano, desde hace millones de años y
hasta muchos años más se enfrenta al ser humano, pues no sabemos dejar de ser
animales en cuanto a lo primario de nuestro conocimiento, sólo que hemos
pervertido el formato. Pretender que Leonardo Da Vinci sea comparable al
subnormal no diagnosticado (y delincuente, según código penal ), que ejecutaba
el ademán de sesgar el cuello de los manifestantes en Tontesillas en septiembre
es -ahí si-, irrisorio, ingenuo y a todas luces inútil. Del mismo modo que
creemos ser mejores que el ejercito nacionalsocialista o los paramilitares
brasileños, podemos sin duda hablar de calidades humanas.
No tengamos miedo a abrir un debate sobre la supremacia de las personas con
respecto a las gentes, el extrapolarlo a un derecho no legislativo o al
exterminio es demasiado extrapolar sin embargo. Pero diferencia, haberla, haila.
Con diferencia, yo me considero mejor éticamente que aquella basura que viola
niñas o comercia con sus órganos, y conmigo millones de personas por supuesto.
Existen como sugiero calidades humanas. Pudiera confundirse esta afirmación con
la esencia del fascismo, no se me escapa, los límites y las orientaciones por
otro lado dependen de muchos y profundos y altos factores éticos, anímicos,
intelectuales muy de vez en cuando, y sin duda emocionales, pero el facto
esencial de unas gentes poniendose cachondas hablando de armas o acariciando
pistolas, afilando lanzas o fascinadas ante la imagen de un toro traspasado por
una espada, vomitando grumos de sangre e incapaz de respirar, y ser capaz además
de llamarlo arte es vomitivo y provoca indudablemente escepticismo entre los
humanistas y las personas que saben y sienten que la evolución continúa y que en
ciertos temas estamos a la altura moral de hace miles de años.
Los cuatrocientos años de la vivisección son como los quinientos del Toro de la
Vega de Tontesillas, Valladolid, Ejjpaña, otro modo de canalizar frustraciones a
costa de sangre inocente.
Algún día se hablará del siglo XXI como nosotros ahora hablamos de la Edad
Media, donde los seres brutales y la escoria propagaban y apoyaban las matanzas
y las desigualdades, blindando leyes y situaciones sociales en pro de sus
costumbres y caprichos. Estaremos muertos y no podremos constatarlo, pero asi
será. Mientras la situación mundial contra los seres no humanos siga teniendo
estas dimensiones y esta impunidad, mientras el terrible sufrimiento impuesto
por nuestra mano hacia seres esclavizados de por vida, tratados como mercancías
minerales, siga gozando de tanta salud y tanta ignorante ceguera intelectual y
emocional, no podemos denominarnos mejores ni evolucionados, ni siquiera
podremos aspirar a erradicar la violencia entre los individuos de nuestra propia
especie. No podremos denominarnos especie entre las especies, sino contra ellas.
Contra todas ellas, incluida, ya lo dije, la nuestra.
Xavier Bayle
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N.d.l.A.: Queda terminantemente autorizada la reproducción total o parcial de
este texto sobre cualquier tipo de soporte. Y por la responsabilidad
correspondiente de su autoría: citando la fuente.
http://xavierbayle.republika.pl
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