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CARRIZAL Y LAS SIERVAS DE JESÚS
Carrizal es un pueblecito del Estado Miranda, entre San Antonio de Los Altos y Los Teques, la capital del Estado Miranda. Desde Carrizal son suficientes diez minutos de automóvil, cuando no hay tráfico, para colocar el pie en las aceras del centro de esta urbe, capital de un Estado, que tiene ya en su haber una de las grandes apariciones universales de la Virgen: la de Betania, Reconciliadora de los Pueblos, hoy en día ampliamente conocida en el mundo entero. Hay países en los que se la aprecia más que en Venezuela. Carrizal
es un pueblo de gente sencilla y educada. Posee liceo y escuelas varias, públicas
y privadas. Pequeñas industrias, sobre todo de alimentos y artesanías,
constituyen, junto con el comercio variado, la actividad económica de la
gente. Parte de su población baja a diario a Caracas donde lleva a cabo
el trabajo y las tareas profesionales. Tiene
una iglesia parroquial de arquitectura hispánica colonial sencilla,
ubicada en el pináculo del pueblo. A su vera, el templo tiene anexa, su
casa parroquial y recientemente se construyeron espacios para los
servicios parroquiales, los cuales incluyen salones de reuniones e incluso
de ensayos. A
menos de una cuadra de distancia de la iglesia parroquial, se encuentra la
casa y el terreno amurallado Una
pendiente de fuerte inclinación nos conduce en tres zancadas asfixiantes
desde la casa religiosa de las Siervas de Jesús, a las puertas del
templo. Desde los salones parroquiales de la segunda planta, se puede
observar el hermoso recinto de las Siervas de Jesús, amurallado como una
fortaleza, aislado del mundo por obra y gracia del bendito muro y
circunscrito en una atmósfera de silencio y paz, con su bosque de árboles
gigantescos y medianos, plantas de variados tipos, propias de un paisaje
tropical, entre las que sobresalen las matas de cambur o de plátano y los
cafetos siempre ubérrimos y dando frutos sin cansarse jamás. Desde allí
arriba se nota el contraste con el bullicio, el corre-corre de las calles
que circunvalan el convento y el tráfico de la avenida que se recuesta en
el muro lateral del sagrado recinto conventual Es
providencial que esta casa religiosa de las Siervas de Jesús, con esa
finca de alrededor de siete mil metros cuadrados haya permanecido intacta
casi en medio de un pueblo que a primera vista se nota que está sumergido
en un rápido proceso de construcción de edificios, urbanizaciones
residenciales y centros comerciales. En el casco de pueblo no queda
ninguna haciendita como ésta. Lo cual era usual cincuenta años atrás. Un
año antes de las apariciones, la Superiora General de la Congregación,
la Madre Ana María Pérez, había estado dialogando con algunos
ingenieros a fin de ilustrarse sobre la posibilidad de destinar algún
trozo del terreno con el objeto de construir algo que pudiera luego servir
de soporte económico para la instauración de obras de servicio y de
candad. La
casa religiosa con su bosquecito eran parte de una extensa finca que
perteneció a la familia de los Pérez Rendiles, de cuyo seno vino al
mundo la Madre Ana María Pérez Rendiles, fallecida en
1998, quien llegó
a ser la segunda Sucesora de la Fundadora, como Madre General de la
Congregación y quien sin duda dio un gran impulso a la consolidación de
la congregación manteniendo el espíritu fundacional con gran fervor y mística
y disciplina religiosa. En
el año 1984,
con motivo de los 25
años de la toma de hábito de la Madre Ana María Pérez Rendiles, unas
30 religiosas habían
acudido a esta casa propiedad de la sucesión Pérez Pendiles, para llevar
a cabo un retiro de profesión o de renovación de votos para algunas de
ellas. La superiora general de entonces, Madre María de San José, había
llevado a cabo un gesto profético, sembrando una medalla de la Milagrosa
en el bosquecito a fin de que la casa llegase algún día a ser sede de
una de sus residencias religiosas o conventos La
fundadora de la Congregación, la venerable Madre Carmen Rendiles venía
con mucha frecuencia con sus religiosas para descansar con ellas o para
llevar a cabo algún tipo de retiro Ya entonces el plácido recinto
constituía un seno atractivo para el solaz espiritual y para el descanso
comunitario y de oración contemplativa Así que el lugar traía muchos y
gratos recuerdos a todos los miembros de la Congregación El
deseo de la Madre María de San José se cumplió en
1985, un año
después de haber sembrado la medallita, cuando la sucesión Pérez
Pendiles hizo la donación de la propiedad a la Congregación de las
Siervas de Jesús La
casa religiosa es una vieja casona semicolonial llena de cuartos y
salones, que las hermanas Siervas de Jesús han sabido ir acomodando para
adaptarlos a las funciones propias de la Congregación, aunque hoy en día
en una de las antiguas alas del caserón se ha levantado un edificio de
tres plantas, que no es un portento de iujo,
pero sí mantiene la sobriedad propia de los lugares religiosos
acogedores. Era preciso hacerlo por cuanto el número de personas que
acude a este lugar es cada día mayor Se necesitaba un área de absoluta
privacidad para las hermanas de esta comunidad Fue una sabia decisión de
la Madre Ana María Pérez Para
el momento de las apariciones en
1993 no se había
construido el edificio de tres plantas que luego servirá para dar acogida
a la comunidad religiosa y dar cabida a las numerosas actividades
espirituales y de retiros que se llevarían a cabo a partir de esa fecha,
eso sin contar la confección semindustrial de hostias para las iglesias y
parroquias. En
1993 existía y
todavía existe una guardería infantil y preparatorio, a los cuales
asisten unos 80 párvulos
atendidos por una de las hermanitas junto con auxiliares profesionales de
la educación Este tipo de actividad es muy típica de las casas de las
Siervas de Jesús En ese año de 1993, la comunidad estaba compuesta por la superiora Hermana María Clara Montilla, llegada al lugar en 1988, aunque nombrada superiora en 1989, y tres religiosas, la hermana María Consuelo Sánchez, muy venerable por sus años y la eterna sonrisa que le cuelga siempre de los labios y las jóvenes hermanas María Clara Casadiego y María del Carmen Contreras, o Mary Carmen como le decían todas cariñosamente. Ambas habían llegado a esta casa en 1992. Por tanto, vemos a dos religiosas con amplia experiencia y vida espiritual muy arraigada después de largos años de profesión y de haber convivido incluso con la misma fundadora A ellas les hacían el complemento las otras dos jóvenes, de las cuales la hermana Mary Carmen había profesado no hacía mucho, las dos jóvenes por tanto estaban llamadas a copiar el espíritu de la Congregación vivido por las dos religiosas de mayor edad, imitándolas en todo, particularmente en las enseñanzas recibidas de la propia fuente de la Madre santa y Fundadora La hermana Mary Carmen va a ser la escogida por la Santísima Virgen para ser la interlocutora entre Ella y los demás videntes, portadora de mensajes y por ende principal protagonista de los hechos. Es
una elección hecha desde arriba y un privilegio totalmente gratuito Esta
hermana es una persona normal, de escasa cultura, sencilla y humilde,
andina, de apariencia hermosa, de faz bella y de ojos muy puros al mirar. No ha pasado del cuarto grado de
educación primaria y desde niña tuvo el deseo de consagrarse al Señor
en la vida religiosa. Es joven, cuenta unos 20
años cuando se inician las apariciones. Ha hecho los primeros votos
temporales un año antes. Por otro lado es un poco delicada de salud, ya
que le acometen con frecuencia fuertes dolores de cabeza y estados de
debilidad. Todas
las religiosas llevan una vida muy centrada en los carismas de la
Congregación: orar por los sacerdotes, servirlos como al mismo Cristo,
elaborar hostias para las parroquias e iglesias del contorno e incluso de
la capital, ayudar en la parroquia en lo que el párroco necesitara de
colaboración, especialmente en la catequesis, preparación de primeras
comuniones, estética, ornato y embellecimiento del altar mayor de la
parroquia, mantenimiento de ornamentos sagrados y tareas del estilo La
labor educativa en el kimder complementa sus actividades Los salones para
las actividades escolares se hallan situados en la parte de atrás del
recinto, manteniendo incluso una entrada y salida independiente La
capillita de la casa religiosa, una habitación pequeña, cuenta con un
sagrario minúsculo con el Santísimo siempre presente y colocado en una
pequeña custodia, que al no más abrir sus puertas, lo deja expuesto para
la adoración directa. Cinco banquitos de madera, sin ningún tipo de
elemento que facilite la comodidad al estar de rodillas, madera pura y
exigente, de metro y medio de largo cada banco, es la capacidad de la
capillita; 14
personas la convierten en un ámbito multitudinario, a todo tope. Para las Siervas de Jesús, que llevan colgada al cuello como parte del hábito, una cadena con una custodia de plata representando al Santísimo, la capilla constituye el centro de sus vidas religiosas. Según el espíritu de la Fundadora, adorar y servir, desagraviar y glorificar al Santísimo Sacramento noche y día con el corazón, haciendo que sea éste como un sagrario viviente es lo que justifica la profesión religiosa de sus hijas. El
Jesús que está presente, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad en el
sagrario, lo está también en los sacerdotes de manera diferente pero
real, de tal manera que servirlos de la forma que ellos necesiten, es la
otra cara de la moneda. Eucaristía y Sacerdocio: cualquier actividad,
incluso la educativa, la asistencial, la catequizadora o la
evangelizadora, la que se quiera, estará siempre girando en torno a esos
dos grandes polos o caras de la misma moneda: Jesús Hostia en persona por
un lado y Sacerdote o hermano necesitado, que son al fin la representación
visible de Jesús Hostia, por el otro. En particular, a mí me satisface la explicación de considerar el carisma fundacional de las Siervas de Jesús como una razón muy poderosa para Jesús Hostia, en virtud de que la Madre Carmen Pendiles debió sufrir un calvario de 9 largos años para conservarlo intacto, sin medias tintas y sin desdibujarlo con inflación de modernismo, tal cual había sido inspirado por el Espíritu Santo a la fundadora original de la rama francesa materna Madre Carmen lo había recibido intacto de la Madre General francesa, Antonieta Baconnier y así lo quiso mantener para la rama venezolana, separada de la francesa por decisión de la Santa Sede. Separación
que obedeció precisamente a eso: a la decisión perseverante de la Madre
Carmen y de sus hijas venezolanas, de permanecer fíeles hasta la muerte a
la inspiración original dada por el Espíritu Santo. Tratándose en
consecuencia de almas consagradas a la Eucaristía y al servicio de los
Sacerdotes y del Sagrario, no resulta extraño que la Santísima Virgen
haya querido dar a entender que el haber permanecido fíeles a este
carisma primigenio, había sido bendecido por Jesús en su designio de
enviar a su Santa Madre para hablar a las almas consagradas del mundo
entero. La
Madre Carmen fue vista en sueños por una religiosa dominica del Colegio
Santa Rosa de Lima al comienzo de las apariciones de la Virgen, mostrándole
precisamente el sagrado bosquecito de las Siervas de Jesús en Carrizal
tal cual es en la realidad y sin haber jamás pisado este paraje la
religiosa dominica. La
casa religiosa de Carrizal en referencia, en otros tiempos centro de una
hacienda que se dilataba por lo que ahora forma parte del pueblo, tiene
una explanada de unos mil metros cuadrados frente a sus pórticos y al
final de la explanada arranca el bosquecito con su vegetación exuberante
y pictórica de verde tropical. En
la parte céntrica, pegada del inicio del bosquecito, en el jardín-explanada
se habían colocado en sendos pedestales dos imágenes: una del Corazón
de Jesús y otra de la Santísima Virgen a distancia de pocos metros una
de la otra. Aquí
en este pueblito de Carrizal y en esta casa religiosa de las Siervas de
Jesús se van a producir unos hechos y unos fenómenos que van a cambiar
la historia del pueblo y van a trastornar para siempre el remanso del
recinto sagrado: las peregrinaciones colectivas o individuales han
cambiado de hecho las vivencias de quienes antes convivían en este
lugarcito.
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