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El Calendario |
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1999.Freddy Moreno. La
palabra calendario es de origen latino y designaba el primer día de
cada mes romano (Kalendas). Las primeras
mediciones del tiempo se hicieron observando el cambio de las fases
lunares o lunación, cuya duración es de 29,5306 días (mes lunar o sinódico)
y el año lunar que constaba de 12 lunas al cual ocasionalmente se le
añadía otro mes
lunar; en estos
primitivos calendarios los cálculos se realizaban contando el número de días
faltantes o lunas llenas esperados para un evento determinado. El calendario actual se basa en el ciclo que tarda el planeta en dar una vuelta alrededor del Sol. El calendario solar presenta varias ventajas, siendo la principal, que marca también el inicio de las estaciones, las cuales son de suma importancia para la planeación de las siembras, preparación para los cambios de clima, etc. Siguiendo este esquema tenemos tres tipos de años según el punto de referencia que se tome:
Los
Babilonios diseñaron un calendario lunisolar que constaba
de siete años de 13 meses lunares y doce años de 12 meses lunares.
Esta combinación hacía
coincidir en una fecha el calendario solar y el lunar. A este método se le
llamo Ciclo Metónico en
honor a Meton (siglo V a.C.) quien lo perfeccionó insertando un mes
adicional a los doce lunares. Este calendario tiene un error de algo mas
de dos horas en 19 años con respecto al tropical. Egipto
fue la primera civilización en tomar
el calendario solar como patrón hace casi 6000 años.
El Nilo era el responsable del
comercio, la agricultura y la continuidad de Egipto, los astrónomos se
dieron cuenta que Sirio (α
Can Mayor), la estrella mas brillante en nuestro firmamento y llamada la
estrella perro, ascendía en el amanecer cuando el gran río empezaba a
inundar sus tierras. La celebración del nuevo año acontecía cuando
Sirio se observaba sobre la punta de un obelisco al mirársele desde
el suelo. Los
Mayas desarrollaron tres calendarios:
En
el año 130 a.C. Hiparco había descubierto la
presesión de los
equinoccios, o sea el
adelantamiento que tiene el punto vernal o Aries durante cada año en 50
segundos (debido al movimiento de “cabeceo” de la tierra).
También midió la duración del año utilizando los solsticios,
obteniendo un tiempo de 365
días, 5 horas y 55 minutos o 365,2465 días, apenas 6 minutos diferente que el dato actual.
El primer calendario usado por los romanos era estrictamente un calendario lunar por lo que no correspondía con las estaciones. Este cómputo de tiempo era el calendario de Rómulo y se cree que se remontaba al 753 a.C. Sabemos que el año se iniciaba con el equinoccio de primavera y tenía 10 meses de 30 y 31 días de manera alternada. Estos meses no encajan con ningún ciclo astronómico ni siquiera de manera aproximada. Siglos después el Rey romano Numa Pompilio, basándose en el calendario griego, modificó el sistema creando un periodo de 354 ó 355 días (12 lunaciones). Se añadieron dos meses más al final: Enero «Ianuarius» (dedicado a Jano) y febrero «Februarius» (de «februare», purificar, dedicado a Plutón). Cada uno se componía de 28 días, aunque posteriormente se añadió un día más a enero. Para hacer coincidir los meses con las estaciones se incluyó un mes de 22 o 23 días cada dos años. Sin embargo, a pesar de la aproximación de esta calendario al ciclo estacional recibió durante anos muchas modificaciones. Las múltiples revisiones sobre todo realizadas por la religión para hacer coincidir sus fechas llevaron a que este calendario en el ano 46 a.C. tuviera un desfase con respecto a las estaciones de casi tres meses.
En
el año 48 a.C. Julio Cesar llegó a Egipto persiguiendo a Pompeyo donde
después de vencerlo, conoció a
Cleopatra. Cesar fue invitado a una de las celebraciones del nuevo año
en Alejandría y a través
de Cleopatra conoció la
manera cómo se había establecido el calendario egipcio y su duración.
Cesar como militar, era una persona pragmática y había observado que
el calendario romano, basado en la luna, tenia bastantes desviaciones con respecto a la celebración de las estaciones. La celebración del
equinoccio de primavera no coincidía con la iniciación de esta estación
y los sacerdotes para que coincidieran agregaban quitaban días.
En el año 47 a.C. Cesar vuelve a Roma llevando a Sosígenes quien sería quien implementaría los cambios al calendario. Se estableció la duración del ano en 365.25 días, se colocaron dos meses antes Marzo, para que el año empezara el primero de Enero, día del primer plenilunio después del solsticio de invierno y colocó al 25 de Marzo como la fecha del equinoccio de primavera. Insertando un día mas en febrero cada cuatro años (bis sextus dies ante calendas Martii: el sexto día antes de las calendas de marzo), convirtieron en bisiestos todos los años cuyo número es divisible por cuatro, se eliminó por completo la idea de hacer coincidir los meses con las lunaciones cambiándolos para que siguieran los cambios de estación. El primero de enero del año 45 a.C. comenzó la corrección del calendario romano, pero para que la fecha del equinoccio cayera el 25 de marzo, el año 46 a.C. tuvo que ser alargado y llego a tener mas de 400 días a este se le llamo el año de la confusión. Julio
Cesar fue asesinado el año 44 a.C. y la aplicación de las anteriores
normas no fueron completas ya que los sacerdotes empezaron a agregar el
día adicional cada tres años. El error siguió hasta
el año 8 a.C. cuando subió al poder Augusto, quien hizo
corregirlo. Como recuerdo a las reformas hechas el senado cambio los
nombres de los meses de
Quintilis por el de Julio y el de Sextilis por
Agosto, pero como este no podía ser menos que Julio se le quitó
un día a febrero, que quedo con 28 y se le paso a Agosto que finalmente
quedo con 31. En
el año 532 Dionisio el Exiguo, desarrolló una formula para el calculo
exacto de la Pascua, basado en el ciclo Metónico. Además
inventó lo que hoy conocemos ANNO
DOMINI, o era del Señor.
Dionisio definió la fecha de nacimiento de Jesús en el año 1
d.C. Para las fechas anteriores se les designó con el signo negativo o
con las palabras antes de Cristo (a.C.). En esa época el concepto del
cero no se había inventado, así pues que el año cero no existe para
nuestras cuentas. La tierra no tiene una velocidad constante de rotación y su velocidad a ido disminuyendo a través del tiempo, de esta manera se ha presentado un desfase en la coincidencia de las estaciones y el calendario, desfase, que no fue corregido completamente por las modificaciones en el calendario juliano. Hacia el ano 325 d.C. el equinoccio de primavera en vez de caer el 25 de marzo cayo el 21 de ese mismo mes. En el concilio de Nicea no se corrigió el error y se considero que los cálculos de Sosigenes estaban errados al calcular el equinoccio de primavera y entonces este se traslado al 21 de marzo. El 24 de febrero del año 1582 d.C. Gregorio XIII introdujo una reforma fundamental en el calendario Juliano y fue la de ajustar los años bisiestos de manera que los años divisibles por cien pero no por cuatrocientos dejasen de tener 366 días, suprimiendo 3 días cada 4 siglos. A este calendario se le conoce como Gregoriano y es el que rige la medida del tiempo en la actualidad en el mundo occidental con mínimas modificaciones. Sin embargo aun no es un calendario perfecto y por ejemplo se debieron restar 13 y no 10 días para que los equinoccios volvieran a coincidir con el calculo original se Sosigenes y la diferencia entre el calendario Gregoriano de 365,2425 días con el año tropical de 365,24219879 días es de un día cada 3.320 años y se debería hacer que solo los años múltiplos de mil sólo sean bisiestos cuando no son divisibles por 4.000. Es poco probable que se realicen nuevos cambios fundamentales en el calendario por que son poco prácticos y llevarían a confusiones y costos inimaginables. |