Guerrero brukusiano producto de la fusión de Xrakus y Skurián.
Ficha técnica
Origen: Los dos guerreros que forman a Nekrante, fueron moldeados –por órdenes del mismo Brukus– con los huesos de Dragstarg, el más poderoso brukusiano de todos los tiempos.
Descripción de sus principales habilidades y/o poderes: Nekrante posee, aumentadas, todas las facultades de los brukusianos de alto nivel: grandes poderes mentales (telequinesis y telepatía a grados incomprensibles para la raza humana), capacidad de posesionarse de otros cuerpos, la habilidad de adoptar diversas formas y el don de acumular y usar a placer enormes cantidades de energía (se calcula que Nekrante es capaz de destruir un planeta de las proporciones de Júpiter).
Características
Escala: el límite superior en los humanos normales es 10.
Historia
El antecedente más próximo de esta criatura lo constituyó la fusión de Anphranax, Skurián y Xrakus, a la cual sólo el guardián cósmico Ultrastón fue capaz de detener y desintegrar. Nekrante surgió como tal años después, luego de la derrota de Xrakus ante Alvgakrist. El otrora regidor de la Tierra buscó luego de la misma a su hermano Skurián para una nueva fusión. Anphranax no fue hallado, y hasta la fecha su paradero es desconocido.
En su nueva encarnación, los dos brukusianos sedujeron a Aundrah Arbvleda y la instaron a apoderarse de la energía residual de Velreg Krer que Linze resguardaba en una cámara del Búnker de los Parias. Es por ello que Nekrante está directamente asociado al surgimiento de Drekgeder Krer, de quien en un principio esperó que alcanzara en poco tiempo el mismo nivel que tenía el primer Velreg Krer, con lo cual contaría con una suerte de “carne de cañón” que, según sus planes, le serviría para debilitar a Alvgakrist y poder destruirla personalmente.
Pero a todo lo anterior se opusieron tres factores: la aparición de los dioses argorianos, el hecho de que Aundrah no alcanzó el nivel deseado y el imprevisto incremento de poderes del ángel. Ante tal panorama, Nekrante simplemente reunió toda la fuerza que le fue posible y se opuso al ángel, sin prever una nueva transformación de esta que le haría más poderosa. Derrotado, el brukusiano optó por algo sorprendente: cuando Linze llegó ante Alvgakrist fortalecido por la energía de los dioses argorianos, el propio Nekrante decidió brindarle también su poder para hacerlo capaz de vencer al ángel.
Luego de su sacrificio, al cual no solo sobrevivió, sino que incluso se mantuvo fusionado, Nekrante desapareció de la Tierra, y su búsqueda por el cosmos se ha vuelto una prioridad para Velreg Krer Kössmeg, quien busca evitar que encuentre a Anphranax, lo integre a su ser y se vuelva con ello el guerrero más poderoso del universo.
El mito del Nekrante proviene de la tradición oral de la mitología gusnónica. Conceptualizado el Kaar como la fuerza generadora y destructora del universo, se veía al Nekrante como un espasmo del mismo, y dado que el Kaar había despertado por última vez como “orden”, su siguiente toma de conciencia debía implicar “caos”. Un espasmo sería entonces capaz de causar grandes desastres y de hacer enfermar, o incluso matar, a los dioses. Al Nekrante le fueron atribuidos muchos de los grandes cataclismos de la antigüedad, como la erupción del Adrarar en el siglo V a.C. Se ha especulado que Xrakus y Skurián decidieron tomar este nombre en una actitud irónica hacia los dioses argorianos y /o hacia la pretendida divinidad de Alvgakrist.
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