Asociación Contra el Ruído de Tres Cantos |
LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE POR OZONO Y EL
RUIDO VIENEN JUNTOS DE LA MANO DEL TRÁFICO TERRESTRE Y AÉREO: Francisco Pérez Puebla Físico, Meteorólogo del
Estado y Vicepresidente de ACOR Victor Delgado Martínez Físico, Profesor de Física
Médica en la Universidad Complutense y Presidente de ACOR La instalación de modernas redes de vigilancia y control de la
contaminación atmosférica en las áreas urbanas se ha revelado como una buena
herramienta de monitorización de la salud ambiental de nuestros pueblos y ciudades.
Gracias a estas redes se han podido constatar algunos fenómenos nuevos
derivados del incesante aumento del tráfico terrestre como del aéreo. Uno de
los hechos más importantes es que la confluencia de ambos medios de transportes
en un determinado área puede disparar los indicadores de contaminación
atmosférica de modo alarmante con las consecuencias sanitarias para la
población afectada incluso para aquellas que como Tres Cantos se encuentran
distantes de la gran metrópoli. EL OZONO
TROPOSFÉRICO Y EL ESTRATOSFÉRICO El ozono medido en estas
estaciones es un contaminante atmosférico que se produce por reacción
fotoquímica (en presencia de radiación solar), de compuestos orgánicos
volátiles, óxidos de nitrógeno y monóxido de carbono todos ellos derivados del
consumo de combustibles por la industria y el tráfico (tanto terrestre como
aéreo) y que tiene unas consecuencias letales para la salud de las personas,
animales y plantas. No tienen nada que ver los efectos de este contaminante en
la baja troposfera (en los primeros miles de metros sobre el suelo) con la
denominada capa de ozono (situada entorno a los 20 kilómetros sobre la
superficie terrestre) cuyos efectos positivos en cuanto a filtro natural de las
radiaciones solares perniciosas cada día son inferiores debido a su progresiva
desaparición. En la actualidad la red de
la Comunidad de Madrid con 9 estaciones (a la que se incorpora este mes de
diciembre la décima en Colmenar Viejo) constituye la única fuente de datos para
avisos de emergencia en municipios de la CAM diferentes del de Madrid (la
capital posee su propia red con 25 estaciones y su ampliación a las proximidades del aeropuerto de Barajas
fue anunciada el pasado verano por el concejal de medio ambiente) cuando se
alcanzan los valores límite en la concentración de gases, o se superan los
umbrales de alerta de modo que con una breve exposición supondrían un riesgo
para la salud humana y a partir de los cuales los estados de la Unión Europea
deben establecer las medidas correctivas. LAS ALERTAS POR EXCESO DE OZONO Y SU REPERCUSIÓN EN
LA SALUD
La declaración de episodios
de emergencia depende de una serie de valores límite en función del gas de que
se trate y del tiempo de duración de las medidas. En el caso del ozono el
primer umbral de obligado aviso a la población se inicia cuando los niveles
superan los 180 microgramos por metro cúbico de aire (ppm.). Se recomienda que alcanzado este límite las
personas alérgicas, asmáticas y personas con problemas respiratorios, así como
los niños y ancianos no hagan ejercicios físicos al aire libre puesto que
pueden sufrir dificultades respiratorias de consecuencias importantes para la
salud. El siguiente límite de
alerta a la población se sitúa en los 360 ppm. y según parece no se ha dado
ningún caso en las estaciones de medida desde su entrada en funcionamiento. Los
valores legales tanto de los límites como de los grados se van reduciendo
paulatinamente hasta el 2010 de acuerdo
con la directiva 1999/30/CE hasta alcanzar unos límites inferiores a los
actuales determinados científicamente a partir de la tolerancia humana. LOS EPISODIOS DE ALARMA SE DAN EN LA PERIFERIA
METROPOLITANA
Según los datos proporcionados por la red de estaciones de medida de la
calidad del aire en la Comunidad de Madrid[1]
durante la estación cálida se suelen producir episodios de alarma por
superación de umbrales de ozono precisamente en las localidades periféricas al
gran Madrid: Coslada, Alcobendas, Alcalá de Henares, Fuenlabrada ... y aunque
la ubicación de las estaciones deja que desear según las valoraciones de los
expertos[2]
en observación del ozono nos dan una idea de una realidad desconocida y
preocupante. El hecho de que los máximos en la concentración de ozono se den en el
exterior del núcleo urbano de Madrid se debe a la confluencia de varios
factores. Por un lado, el ozono es un gas oxidante que reacciona
desapareciendo en presencia de
elementos reductores (como los sólidos en suspensión muy abundantes en el
interior de las áreas urbanas con gran tráfico rodado). Además su peso
molecular y por ello su densidad es muy superior a la de los demás gases que
componen el aire y, por tanto, sufre un acentuado proceso de decantación sobre
todo en momentos con gran estabilidad atmosférica (que es lo más frecuente)
tendiendo a caer lentamente por las vaguadas hacia los lugares con menor
altitud. En definitiva, desde las grandes ciudades escurre el ozono hacia el
extrarradio urbano contaminando las zonas próximas más bajas. El ozono que fluye hacia el exterior se
deposita en las vaguadas o aterrazamientos
fluviales próximos (Alcalá de Henares, San Fernando de Henares, Coslada,...
etc.) incrementándose al producido por las fuentes locales y disparando los
máximos. Salvo ciertas excepciones los episodios de alarma que se han dado hasta
ahora lo han sido en las localidades próximas al aeropuerto de Madrid – Barajas
dado que la contribución de las operaciones de despegue e incorporación a ruta
requieren de un máximo de potencia y por tanto favorecen la aparición de
precursores de ozono. En estas maniobras cada aeronave se comporta a efectos de
quema de combustible como si de varios cientos de automóviles se tratase. LAS AEROVÍAS
GENERAN NIVELES SIMILARES DE OZONO A LAS AUTOVÍAS Por otro lado, las estadísticas de salidas del aeropuerto indican que
en los últimos años las maniobras de despegue y máximo consumo de combustible
(los 4 ó 5 primeros minutos de vuelo) se efectúan en más del 80% de los casos
hacia el norte y noroeste del mismo. Esto significa que más de 200.000
aeronaves anualmente sobrevuelan el valle del Jarama hacia el norte y de ellas
un número importante sobre las proximidades de Tres Cantos (el tráfico aéreo
sobre nuestras proximidades representa un consumo de combustible equivalente al
de dos o tres autovías). La acción combinada de la autovía M – 607 (según datos de la DGT unos
30.000 vehículos diarios en mayo)y de las aerovías que nos circundan (en torno
a 100.000 vehículos equivalentes al día) puede dar lugar a una generación
fotoquímica durante los meses de mayor radiación solar muy importante que no
cuenta con ningún mecanismo de recombinación del ozono por la inexistencia de
elementos reductores como ocurre en el corazón de las ciudades o zonas con
mayor peso del tráfico rodado. De manera que se puede dar la paradoja de que en zonas con menor
tráfico urbano y con un entorno boscoso sin grandes asentamientos industriales
ni urbanos el efecto combinado de las aerovías de salida de Barajas y las
influencias del tráfico terrestre N-I, la M-607 y la N-VI los convierta en las
zonas con máxima concentración de ozono de toda la comunidad. SE DEBE MEDIR LA
CONTAMINACIÓN POR OZONO EN TRES CANTOS Se hace imprescindible la acción de las autoridades locales de Tres
Cantos para despejar esa incógnita reclamando de la Comunidad de Madrid el establecimiento
al menos de una estación móvil de registro de la contaminación del aire durante
el próximo período cálido (abril- octubre) para favorecer el estudio
comparativo con demás estaciones próximas puesto que la estación fija que la
constante preocupación del municipio de Colmenar Viejo ha logrado queda en una
posición demasiado alta y alejada de las fuentes de precursores de ozono como
para corroborar o descartar las hipótesis de partida. Tres Cantos, a 14 de
diciembre de 2.001 [1] La Comunidad de Madrid
dispone de una Red de Estaciones de medida de la Calidad del Aire con 9
emplazamientos: 5 en la zona suroeste de la CAM, 3 en el corredor del Henares y
uno más en Alcobendas. Esta red analiza de forma continua los niveles de los
contaminantes más importantes del aire entre los que se encuentran: dióxido de
azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, ozono, y partículas en
suspensión. [2] La opinión sostenida por Juan María Cisneros Sanchiz, facultativo de meteorología primer director de la base antártica española y precursor de los estudios e investigaciones sobre el ozono en nuestro país, es que normalmente se sitúan las estaciones en lugares donde abundan los sólidos en suspensión que tiene en general un carácter reductor absolutamente contrapuesto al del ozono con lo que las medidas de este último están minimizadas. |