Tenemos que salir a ayudar a los millones de desplazados sin hogar, sin alimentos para ellos y para sus hijos. Tenemos que protestar por las calles de ciudades y pueblos, por la violencia que permite que millones de niños carezcan de oportunidades, que estén sin techo, sin educación, sin comida.

¡Qué miedo! Es lo primero que uno escucha cuando invita a otros a adquirir un compromiso con una de tantas instituciones que ya se han ido creando para remediar estos males. ¿Cuántos miles serán capaces de ir hasta la mal llamada "zona de despeje" del Caguán? Son 42 mil kilómetros cuadrados entregados por este débil gobierno a poderosos guerrilleros quienes no los devolverán por las buenas, dentro de pocos días cuando se vence el plazo de este préstamo, que no es donación.

Hoy hace cuatro años que murió una santa mujer, la más santa de todas: Sor Teresa de Calcuta. Pidámosle que ore por este pobre país, por sus enfermos físicos y mentales (los guerrilleros), los niños hambrientos. Que sus Misioneras de la Caridad, esparcidas por el mundo, sigan con su bella misión. Yo misma les agradezco tanto porque aquí en Cali estén en un barrio que es un testimonio de que salirse de su torre es constructivo, pues allí hicimos 600 casas al erradicar unos tugurios.

"La virtud, que a veces adquiere dimensiones de heroicidad, consiste en ser capaces de sobreponerse al disgusto por amor a Jesús. Este es el secreto de algunos santos: su capacidad de ir más allá de lo meramente espiritual".
José Luis Gonzáles - Balado coleccionó muchos pensamientos de su amiga la Madre Teresa de Calcuta, y en el libro "Orar- su pensamiento espiritual", encontramos lo anterior.