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Es una frase extraordinariamente cierta, dicha por un político
colombiano, Gilberto Alzate Avendaño y repetida por John Agudelo
Ríos, amigo nuestro, muerto hace poco.
En el magazín "La Revista" de "El Espectador" del domingo pasado
encontré un interesante artículo que narra como John se convirtió
en el primer y mejor negociador que hemos tenido los colombianos, para
convencer a cinco grupos guerrilleros de la necesidad de hacer la paz.
El inició esas conversaciones en 1984, siendo presidente otro
conservador como John, Belisario Betancourt.
No tuvo ni siquiera oficina en Palacio, no cobraba salarios, actuaba
solo. Era un hombre valiente y estaba convencido -como aún hoy los
estamos todos en el país- que solo sin guerras podremos salir adelante.
Jorge Cardona Alzate es el autor de este artículo. Amigo de Agudelo,
éste cuenta cómo en esas largas jornadas de hasta 14 horas
continuas, esas falsas FARC afirmaban que "condenarán y desautorizarán
el secuestro, la extorsión, el terrorismo en todas sus formas y
contribuirán a que terminen sus prácticas". Qué bandidos
tan mentirosos; en esos delitos son expertos.
Y pensar que el jefe "Tirofijo" (Manuel Marulanda, que tampoco es su
nombre verdadero) sigue hoy burlándose del gobierno de turno desde
1.948. Con una breve tregua después de los acuerdos de la Uribe
en 1.984 y 1.986 quedan tres grupos guerrilleros que nos recuerdan cada
día que "la guerra progresa matando", según escribió
el poeta Rojas Garrido.
Leonor Uribe de Villegas
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