Septiembre 13 de 2.001
CUANDO LA REALIDAD SUPERA LA FICCIÓN

Eso ha pasado ayer en los Estados Unidos cuando anónimos terroristas se apoderaron de cuatro aviones, dos de ellos estrellados contra las torres gemelas del World Trade Center en pleno corazón de Nueva York y contra el Pentágono, el edificio donde están todos los jefes militares de las fuerzas armadas.
Otro avión se estrelló en una zona rural cerca de Baltimore.
Hay tantas, pero tantas especulaciones sobre los autores de esta atroz violencia, que aún nosotros, los colombianos, que debiéramos estar curtidos con las acciones terroristas, nos sentimos conmocionados como está el mundo entero. ¿Comenzará otra guerra mundial? ¡Que Dios nos ampare!
Que haya una plegaria mundial para que no ocurran más hechos como los de hoy, con millares de muertos, todos civiles inocentes. Toca que el mundo civilizado se solidarice con el gobierno de la más antigua democracia del mundo. Si toca pelear a su lado ningún gobierno democrático se negará a hacerlo.
Ya muchos países del mundo han ofrecido su solidaridad. Hasta Putín, el gobernante ruso, envió un solidario mensaje.
Fue doloroso observar a la población palestina, joven y vieja, que vive en Jerusalén, bailando y celebrando estas demostraciones de violencia.
Ossama Ben Laden, millonario, el principal sospechoso. Es un líder en Afganistán, de la secta talibán, violento maniático, la persona a la cual se le atribuyen estos atentados terroristas. Ojalá no se pruebe su autoría, porque cuando los americanos reclaman sus derechos, lo saben hacer y con exceso de fuerza.
Escenas apocalípticas son las que hemos visto en la TV estos dos últimos días. El presidente Bush habló por este medio el martes 11, a las 7:30 p.m. y dijo: "estos actos terroristas pueden destruir edificios y asesinar a gente buena. Pretenden amedrentarnos pero no lo lograrán. Todos seguiremos trabajando, la economía seguirá estable. Les pido sus plegarias por los niños, recordemos especialmente el salmo 23 que dice: "aunque camino por valles oscuros no temo mal alguno, porque Tu estás conmigo".
Lo que no olvidaremos nunca fue la decisión de por lo menos una docena de personas que estaban en los últimos pisos incendiados, quienes decidieron morir estrellados contra el piso de la calle y no quemados. Así los vimos saltar por las ventanas en un acto suicida provocado por la desesperación. Estoy segura que el Señor los tiene a su lado. 

Leonor Uribe de Villegas
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"cuando los americanos reclaman sus derechos, lo saben hacer y con exceso de fuerza"
 
 
 
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