Octubre 8 de 2.001 |
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La historia nos ha dejado claros ejemplos de lo que son las guerras religiosas. Las más crueles, las más largas, las más destructoras. Ayer comenzaron los bombardeos de los aliados (los primeros USA y el Reino Unido pero se han comprometido ya otros 42 países) para combatir a los terroristas asociados a Al-Qaeda, no sólo talibanes sino musulmanes. Estamos con el "credo en la boca" todos los habitantes de este globo terráqueo. Bin Laden se burla desde su rincón de Afganistán, del miedo que tienen los gringos que no se les pasará en mucho tiempo. Mientras escribo lo veo en la TV lanzando amenazas para todos, en especial por los ataques aéreos que solo comienzan. Esto durará un tiempo largo. Nadie olvida los ataques del 11 de septiembre a Nueva York y Washington. Es un horror que no pasa. Y a los colombianos nos interesa que crezca la lista de terroristas que hay, de todas las calañas, regados por el mundo entero. Los colombianos pueden dar lecciones, porque no en vano hace 30 años están tratando de acabar con el país. Con escasas excepciones los gobernantes los han combatido pero quizás ninguno ha sido tan complaciente como el actual. Parece que hubiera jugado con esos asesinos de las FARC unos aguinaldos de "dar y no recibir". El que da y da, obviamente, es el presidente Pastrana. Tengo una nietecita, estudiante en Washington. Al hablar con ella se puso a llorar. "Tengo miedo, Nonoi, (así me llama) porque pasan muchos aviones por encima del edificio en donde vivo". Obviamente han aumentado la vigilancia en las ciudades que tienen más peligro. Pero me contagió la angustia y rezo por ella y por todos los estadounidenses. Que Dios los proteja a ellos y a nosotros. Leonor Uribe de Villegas |
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