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Presentemos, de nuevo, la actual situación de Colombia, tan similar
a la de otros países de l mundo, sobre lo que tiene que ver
con lo económico, lo social, la paz. "Libertad y orden" dice nuestro
escudo, pero no hay ninguno de los dos. La primera parece que existiera
pero eso no puede ocurrir si falta el segundo.
Tanto falta que hay muchos países del mundo preocupados por
nuestra situación. Sus gobiernos, sus ONG, instituciones que se
aceptan más bien con cierto rechazo pero hay unas dedicadas a la
acción social, muy buenas y otras solo son intromisiones políticas.
Lo cierto es que el gobierno, FARC, ELN y ONGs se darán cita
en Costa Rica entre el 16 y el 18 de este mes, para hablar sobre el proceso
de paz colombiano, que da un paso adelante y otro atrás, hace años.
Se hablará sobre derechos humanos y del derecho internacional humanitario
que los respalda, sus implicaciones sociales, económicas, políticas
e internacionales. La crisis económico-social indica que hemos perdido
en este año el 35% de los ingresos que habíamos acumulado.
Se propondrán alternativas tanto para la zona rural como para el
desarrollo alternativo. Pedimos a Dios, que además de la buena voluntad,
quede algo concreto, realizable, pragmático y no el consabido bla,
bla, bla...
¿Cuál es la otra cara de la moneda? La expatriación
de los colombianos. Han salido del país, legal o ilegalmente, más
de un millón y han buscado asilo en USA, preferiblemente, Canadá,
España, Suecia, Méjico. Da mucha tristeza saber que al sur
de la Florida hay tanta concentración de asilados que ya casi son
más que los cubanos que llevan allá más de cuarenta
años.
Se hará un censo. El gobierno americano quiere ayudarlos, pero
antes legalizar su condición de inmigrantes, al darles un TPS, que
es es el "Estatus Temporal de Protección". La legislación
interna para que las autoridades la concedan es dura. Pero ya hay alguna
esperanza para esta gente buena. Miles se han ido porque perdieron todo
acá o por amenazas de secuestro. Colombia está en un momento
de verdadero S.O.S.
Leonor Uribe de Villegas
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