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¡Y pensar que apenas llevamos un mes larguito desde el ataque de
los talibanes a las torres gemelas de Nueva York!!
Esta guerra será larga. Las dos mundiales del siglo pasado comenzaron
con incidentes que no hacían presagiar cuatro años de luchas,
con compromiso de las naciones poderosas.
Vemos a "cascos azules" ya cumpliendo misiones en Afganistán.
Son fuerzas multinacionales.
Pero el horror de esta guerra es la posibilidad de que sea bacteriológica.
Los primeros contagiados con ántrax lo han sido desde una empresa
en Boca Ratón, Florida. Con razón el gran asesino, Osama
Bin Laden, le advirtió al presidente Bush que ellos ganarían
la guerra. ¿Si estará occidente preparado para luchar con
ese tipo de armas? No solo materialmente sino éticamente es algo
que se ve como imposible. Hasta allí viviría la humanidad.
Ha jugado un buen papel Tony Blair, el primer ministro de Gran Bretaña,
al tratar un acuerdo entre judíos y palestinos. Las peleas entre
los dos pueblos son viejas. No parece que haya posibilidad de que transijan.
Las guerras de guerrillas son interminables. Digámoslo los colombianos,
que tenemos una de más de 50 años. Díganlo en España
los vascos de las ETA. Y las varias guerrillas en Perú y América
Central hasta México. Los pactos de paz duran poco.
Estamos nerviosos, angustiados. "Cunde el pánico" como dice
el artista mejicano llamado "Chapulín Colorado". Es bueno relajarse,
buscar lecturas que no sean los diarios que sobreabundan de noticias, en
su gran mayoría malas. Prender poco la televisión aunque
hacerlo es algo compulsivo.
Y orar, orar. El 15 fue la fiesta de una mis santas preferidas, Teresa
de Jesús.
"Castillo interior" o "Las Moradas" nos enseñan como se hace
una buena introspección. Vale la pena saber que tenemos dentro y
debemos sacar, porque nos hace daño. Que el Señor bendiga
este mundo que trata de salirse de su órbita. Amén.
Leonor Uribe de Villegas
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