Bueno, no es fácil para un gobernante que tiene tres grupos guerrilleros y narcotraficantes, no combatirlos con un ejército que es víctima de ellos. La situación nuestra es una realidad que ha dejado, por años, miles de muertos.

La de Bush es diferente. Él es guerrerista. Por eso me pareció bella la carta que le dirigió el sacerdote Dear, la que ha circulado en Usa y otros países y publica el Padre Alfonso Llano, S, J. en el diario "El Tiempo" del domingo pasado. Como es larga destaco algunos párrafos.
Se dice que ha trabajado con los pobres en USA y el exterior por más de veinte años, "durante los cuales también he denunciado la guerra y las armas nucleares."

"Le escribo para pedirle que ponga fin inmediatamente al bombardeo de Afganistán, deje de preparar otras guerras, recorte el presupuesto del Pentágono drásticamente en lugar de aumentarlo, levante las acciones contra Irak, deje de suministrar ayuda militar a Israel, detenga el apoyo estadounidense a la ocupación palestina, condone la deuda del Tercer Mundo, desmantele todo nuestro armamento de destrucción masiva, abandone sus planes de Escudo Antimisiles de Guerra de Galaxias, se adhiera a la Corte Penal Internacional y cierre nuestros propios campos de entrenamiento terrorista".
"No existe una guerra justa. Dios nunca bendice la guerra. La violencia no engendra sino más violencia".

Que Dios bendiga al sacerdote Dear y Bush lo escuche.