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Noviembre 9 de 1.999
EL DON DEL TEMOR DE DIOS
Que poco se tiene por la mayoría de los creyentes . No
en otra forma se exlicaría el constante desafío a sus mandatos
y como, día a día, escuchamos la variedad de crímenes
cometidos por jóvenes, niños o adultos aberrados. La sangre
corre por todo el territorio patrio. Dice Santa Teresa que ante tantas
tentaciones y pruebas que hemos de padecer, el señor nos otorgas
dos remedios: amor y temor." El amor nos hará apresurar los pasos
y el temor nos hará ir mirando adonde ponemos los pies para
no caer".
Pero no todo temor es bueno. Existe el "temor mundano" propio de quienes
temen, sobre todo, el dolor físico o las desventajas sociales que
pueden afectarles en esta vida.
Si por meses y meses se tiene un dolor u otro, derivado de una estéril
y cruda enfermedad, solamente lo llevamos por amor de Dios cuando se observa
tanto mal que se comete con mujeres y niños; cuánto engaño
hay, causado por ese cúmulo de ofertas que no se cumplen . Tal el
estilo de la guerrilla secuestradora.
Escuchar el clamor de esas madres rogando por la devolución
de sus hijos, a quienes engañan día por día, nos llena
de dolor físico y de rebeldía ante nuestra absoluta impotencia;
solamente soportable porque podemos decir como el Beato José María
Escrivá: "No valgo nada, no tengo nada, no puedo nada, no sé
nada, soy nada. !nada¡"
De muchas formas nos dice el Señor que a nada debemos tener
miedo, excepto al pecado que nos quita la amistad con Dios. Pero
esta ambiente de amenaza constante, de lucha cruel a nuestro alrededor,verdaderamente
asusta.
Pidámosle al Señor paz y fortaleza para soportar nuestros
males físicos y morales. Así dejaremos de ser unos entes
desmoralizados.
Leonor Uribe de Villegas
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