| Noviembre 4 de 1.999
Pues bien, esta abuela está en las mismas. Siempre me gustó la medicina pero por cosas de la vida terminé estudiando leyes. No me pesa ser abogada, especializada en derecho de familia; mucho pude ayudar a parejas y niños. Pero siempre leo con gusto artículos sobre medicina. Quizás con cierto egoísmo al buscar si hay alguna droga que cure la hepatitis crónica activa o la neuropatía periférica. Como vivo descrestada con los avances en las comunicaciones y el internet, que puso al mundo al alcance con sus "chips", me asombró leer que hay "biochips". O sea que si el organismo genera un tipo especial de cáncer, por ejemplo, el oncólogo puede contar con una combinación formada por los clásicos "chips" de silicio y los nuevos "biochips" bautizados técnicamente como "microformaciones de ADN". El médico Sarkis Meterissian, de la Universidad de McGill, en Montreal, Canadá, expuso este tema en una reunión de cirujanos de Estados Unidos, celebrada recientemente en San Francisco. Esto lo leo en una artículo de la revista "Semana" de Bogotá, de información publicada en "The Economist". Cuando todo este descubrimiento se ponga al alcance del mundo entero, ya no habrá equivocaciones en diagnósticos de cáncer, ni en su tratamiento. Dos genes denominados bel-2 y p-53, se podrán utilizar para predecir la respuesta. El doctor Meterissian espera que con los avances de la investigación aparecerán cientos de genes y cada vez serán menos costosos los "biochips" que produce Affymetrix, una empresa pionera en el área de las microformaciones. En el análisis de la médula ósea se pueden identificar, por ejemplo, dos formas de leucemia tratables con dos diferentes drogas. Perdonen mis lectores esta hondura en que nos metimos hoy. Pero recuerden que "de médico, poeta y loco, todos tenemos un poco" Leonor Uribe de Villegas
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