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Eso siento ahora, después de escuchar al "viejo" contar como
fue su pueblo natal, situado en la cordillera central colombiana, a mas
de dos mil metros de altura. Se llama Aguadas, y lo conocí alguna
vez porque quise conocer parientes que allí vivían. Sacos
y ruana (el poncho colombiano pero de lana ) eran pocos para calentarse,
quien como yo casi siempre ha vivido en tierra caliente.
Bueno, ese subir y bajar calles muy pendientes fue otra sorpresa. Mi
Valle del Cauca es eso: un valle, un río grande que lo atraviesa
y dos cordilleras que lo encierran. Paisajes hermosos tiene en toda su
extensión.
Otra cosa es este departamento de Caldas, en donde está Aguadas.
Hace muchos años perteneció a la llamada Antioquia Grande
pero se desmembró y se formaron tres pequeños: Caldas, Risaralda
y Quindío, los cuales junto con su "madre" se conocen como "los
paisas". Su hablado es especial y ese cantadito que tienen no lo pierden
jamás así vivan en otros lugares.
Bueno, mis lectores aprenderán un poco de lo que pasaba por
estos pueblos a comienzos del siglo pasado. Los abuelos del narrador de
historias sobre Aguadas eran viejos ilustrados, a quienes les gustaba leer
y escribir, tenían bellísimas letras. Eran muy conservadores
en política y costumbres. Caseros, rezanderos, pero hacían
cosas hermosas como compartir las lecturas.
Las esposa escuchaba atenta al marido cuando después de cenar
se ponía a leer libros como "Don Quijote de la Mancha".
El hijo mayor se asombraba de verlos reír celebrando las locuras
de uno y las respuestas de Sancho Panza.
El abuelo era notario y los libros de la Notaría eran manuscritos,
con una caligrafía notable . El papá, igualmente escribía
documentos en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.
Las prácticas religiosas las hacían las familias reunidas.
En la época de Cuaresma se iban a rezar el vía-crucis todos
los cuarenta días anteriores a semana santa.
Siento "saudade" de esa vida tan pacífica de entonces, con esa
unidad familiar que formaba sociedades de buenas costumbres
No sólo en Colombia todo eso se perdió .
Así fue en el mundo entero.
Leonor Uribe de Villegas
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