Marzo 24 de 2003 
UNA MALA NOCHE POR
VIEJOS RECUERDOS

A veces los pensamientos, en el día, van acumulando añoranzas que pueden traducirse en lo bueno o lo malo que nos dejó este largo vivir. 
Acabar de cumplir 76 años es un regalo del Señor a pesar de que los últimos han recogido enfermedades, añoranzas y tristezas. 

No es común entre nuestra gente guardar sencillos y alegres pasajes de la infancia. La inmensa pobreza de la mayoría nos duele. Pero el bondadoso Dios nos dio unos padres como ningunos y como fuimos 13 hermanos la vida fue un permanente juego. 
Cuántas veces nos reunimos con la abuela y la tía a oírles sus historias de los viejos Uribes. 

Me gustaría un día contarle a nuestro presidente Uribe -de quien recibí una amable carta la semana pasada- parte de esas épicas historias, obviamente con personajes como el general Uribe, el médico Tomás y el fundador de Sevilla, en el Valle, don Heraclio y la otra abuela Emilia hermana de esos prohombres. 

De una "tenida" de reminiscencencias se acumulan alegrías, tristezas y se añora el paso de unas vidas que pronto se fueron. 

Si, los sueños son como los péndulos, van y vienen trayéndonos esperanzas y dolores. Benditos sean. 

Leonor Uribe de Villegas
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"La inmensa pobreza de la mayoría nos duele"
 
 
 
 
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