Y de noticias escandalosas, que mantienen bien ocupadas a las agencias internacionales, ¿qué no sucede aquí, bueno, regular o malo? 

A partir de la propia geografía llena de altibajos con tres grandes cordilleras y sus picos más altos nevados; con volcanes, a Dios gracias por ahora tranquilos; valles y mesetas, ríos caudalosos, bosques y en fin trópico puro. 

Y tropicales somos sus habitantes. Desorbitados para expresar el odio o el amor, violentos como para sostener una lucha sin sentido por cincuenta años. Dispuestos a la oración o al escepticismo. A la criminalidad sin límites ya en la guerrilla o en actos individuales como los 140 asesinatos de niños, cometidos por un sicópata en varios lugares del país durante 7 años. "La bestia" han llamado a ese hombre que parece no tener semejante en la historia de esta humanidad de la cual solemos avergonzarnos con frecuencia. 

¿Cuántos crímenes no cometieron los nazis, quemando a los judíos, o sometiéndolos a cámaras de gases, o dejándolos morir de hambre? Millones de hombres y mujeres, viejos, adultos, niños, asesinatos que no olvidará jamás la humanidad. ¿Hitler y quienes lo seguían ciegamente eran sicópatas también? Dios lo sabe. 

Así como ante esta vergüenza mundial para los colombianos que hoy constituye Luis Alfredo Garabito, también hoy nos enorgullece un joven de 24 años que hace titular a todos los diarios ¡Campeón! Ganó una carrera difícil, signada por la muerte de Greg Moore, un corredor canadiense, este Juan Pablo Montoya. Nuestro paisano alcanzó el título de la Cart. En todas las ciudades de Colombia se salió a las calles a celebrar el triunfo, así como hace una semana desfilamos 10 o 12 millones para pedir la paz. No más guerra, no más secuestros, queremos la paz, cantamos hasta quedar sin voz. 

Colombia definitivamente, vive con el alma en vilo...