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Noviembre 16 de 1999
QUE SAIS-JE?
Así, afrancesadamente, tituló un poeta colombiano un poema.
¿Qué sé yo? Y no puedo responder más que no
se nada, que cada día me sorprendo ante nuevos inventos, que este
internet, por ejemplo, me descresta y que las acciones de los hombres me
sorprenden, si son buenas, y las repudio si son malas.
Me ha conmovido un poeta filipino anónimo con el siguiente poema,
que traduzco del francés para ustedes:
"Il était une fois deux dames", "Eranse una vez dos mujeres
/ quienes jamás se conocieron / a la una nunca la vieron / la otra
es la mamá que tienes /
Dos vidas diferentes / con unión en una, la tuya / La
una fue tu buena estrella / la otra es tu sol viviente / La primera
te da la vida / la segunda te enseña a vivir / La primera jamás
te olvida / para la segunda eres su razón de existir / La una te
da sus raíces / la otra te ofrece su nombre / La primera te transmite
sus dones / la segunda sus afanes / La una hizo nacer en ti la emoción
/ la otra calma tus angustias / La una recibe tu primera sonrisa / la otra
seca tus lágrimas / La una te ofrece en adopción /
es todo lo que puede hacer por tí / la otra ora por un pequeñín,
y Dios la conduce a tí / Y ahora, cuando con llanto / me haces
la eterna pregunta / ¿de quien soy yo el fruto? / ¿de la
herencia natural o de la educación? / Te contesto: ni de la
una ni de la otra / simplemente representas dos formas de amor."
Dedico esta poesía a mi nieta adoptiva y a cada uno de los 350
niños que encontraron un hogar por intermedio mío, cuando
soy una vieja abogada que recuerda a uno por uno y a esos padres adoptivos
que supieron cumplir el mandato del Señor: "Amaos los unos a los
otros como yo os he amado".
Leonor Uribe de Villegas
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