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Es la lección que nos deja la historia, presentada por los medios
y, especialmente la TV. ¿Que en los Estados Unidos ocurra algo tan
común que suceda en las "repúblicas bananas"? Nadie se podía
imaginar tal cosa. Fraudes, votos escondidos, "chanchullos" al fin y al
cabo como en cualquier subdesarrollado país, es lo que pasó,
en últimas, en las elecciones para presidente de la más rica,
más poderosa nación del orbe.
Se dice que se tomará una semana saber si ganó Gore (nuestro
preferido) o Bush. El mismo día de las elecciones mandó a
matar a otro reo de muerte. ¡A qué miseria puede llegar el
ser humano!
Es increíble que con el avance de las comunicaciones tengan
que esperar de 8 a 10 días para saber a favor de quien votaron los
gringos en el exterior. ¿Cómo no han expedido una ley que
haga válidos los votos por e-mail? Una carta entre Europa y estos
países (por lo menos los suramericanos) se demora de 2 a 4 semanas.
Será grande la sorpresa si sabemos quien ganó, en esta semana.
¿Y qué nos importa? Claro que estamos todos estos pueblos
comprometidos con lo que en USA pase. Dígalo, sino, el llamado "Plan
Colombia" en trance de arrancar.
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Me conmovió muchísimo una programa que vi sobre la forma
en que huyen por millares las mujeres africanas, especialmente del norte
y de Nigeria. Usan unas naves, casi chalupas, que zozobran con facilidad
y con frecuencia vemos cómo se ahogan familias enteras.
Buscan irse sobre todo a España y no sé por qué
las jóvenes embarazadas son las que llegan por cantidades. Se forma
para los hijos un conflicto, porque los bebés no pueden reconocerse
como españoles ya que fueron concebidos en otro lugar.
Siempre creí que se era nativo del lugar en donde se ve la luz
por primera vez. En puestos de salud o en casas de maternas atienden bien
a esas pobres mujeres pero tienen que repatriarlas por esa absurda ley
que debe abolirse. ¡Qué cosas ocurren en este mundo!
Leonor Uribe de Villegas
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