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Noviembre 11 de 1999
LA REVOLUCION DEL AMOR
¿Quién ha hecho una revolución sin que haya muertos?
Quien predicó el amor, la humildad y el desapego de las cosas materiales.
Hay varios ejemplos en el mundo de personas así, fuera
de serie, el primero San Francisco de Asís. Pero hay muchos que
entregaron sus vidas al servicio de la humanidad y en los últimos
años nadie pudo igualar a Teresa de Calcuta.
Una persona aparentemente frágil realizó la obra mas
grande de ayuda a los pobres, no sólo en India, en Calcuta, sino
que extendió por el mundo, a través de sus Misioneras de
la Caridad. Cuya ocupación principal se centra en dar de comer al
hambriento, vestir al desnudo, dar posada a quien no tiene casa, cuidar
a los enfermos .
Comenzó con el llamado de Dios a Teresa, quien dice que escogió
ese nombre (se llamaba Inés) no por Teresa, la doctora, sino por
la "pequeña", la del Niño Jesús. El Señor le
dijo que se "volviera la más pobre de entre los pobres" y desde
el principio su congregación tuvo un crecimiento extraordinario.
Pensar que hasta en "Cauquita" un barrio de aquí de Cali que
ayudé a construir para erradicar unos tugurios de esta ciudad, en
donde vivían familias sobre un caño de aguas negras, llegaron
estas Misioneras de la Caridad, lo dice todo sobre sus obras.
Hacen milagros las monjitas, pero no sólo es admirarse por ellos,
es saber que las enseñanzas de la Madre Teresa son basadas en la
oración, en la fe profunda , en la generosidad y sobre todo, en
el amor. "Cuanto menos tenemos mas damos", decía. Esa era su lógica
del amor.
También explicaba que escaseaba la fe porque hay demasiado egoismo
en el mundo . " La fe para ser auténtica, tiene que ser generosa
y disponernos para dar" decía.
Criticaba a los gobiernos que sólo se dedican a defender sus
fronteras y no piensan en sus pueblos, en sus problemas y en las necesidades
de ellos. De allí las revoluciones y el descontento de los pobres.
Cada día debemos agradecer a Dios el que haya creado seres
como la Madre Teresa de Calcuta,. para hacernos sentir un poco de optimismo
en medio de este mundo convulsionado.
Leonor Uribe de Villegas
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