Mayo 7 de 2.002 |
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Administrado por los padres franciscanos no los dejaban salir o entrar, mientras entraban centenares de musulmanes, quienes al fin han comenzado a desocupar el monumento pero los soldados israelíes aún hacen guardia. El día 3 pasado en plena fiesta de la Santa Cruz, los guerrilleros colombianos atacaron por varias partes, en una guerra civil que ya toca fondo: se matan entre los diferentes grupos y atacan también a los civiles inermes en las poblaciones pequeñas.  El
objetivo en una, llamada Bojayá, en el departamento del Chocó,
fue la iglesita en donde se habían refugiado civiles y aún
no se sabe el número exacto de muertos. Dicen que fueron 108, entre
ellos 45 niños, 105 heridos y 80 desaparecidos. Un verdadero genocidio.
Y quienes lo cometieron son terroristas así no lo reconozca la Unión
Europea.
Virgen milagrosa: ¿qué está pasando en este mundo enloquecido? ¿Por qué estas guerrillas asesinas atacan pueblitos indefensos, gente pobre que no tienen armas para defenderse? ¿Cómo las van a tener sino no tienen cómo alimentarse? Centenares huyeron pero los masacrados estaban dentro de la capilla del pueblo, la cual destruyeron también, al igual que la escuela y la alcaldía. Se le salen a uno las lágrimas al ver esas escenas de dolor, repetidas en otro pueblo cercano, Chigorodó, que atacaron simultáneamente. No entendemos los colombianos por qué los europeos han defendido a capa y espada a los terroristas. No admiten siquiera que sean llamados así. Qué buena es esa posición altruísta cuando no se sufre en carne propia. A Francia, la de la "égalité", casi le meten un gol los pro-nazis. Suecia está tan lejos. No les importamos para nada estos 40 millones de indios y mestizos que rogamos por paz.
Leonor Uribe de Villegas
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