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...pero también de Israel, del Medio Oriente, de algunos países
africanos, casi diría que del mundo entero.
Una de las mejores formas de probar que el diablo se ha ido apoderando
de los seres humanos es el miedo que sentimos al levantarnos cada mañana
y preguntarnos: ¿Qué sucederá hoy? No esperamos que
cosas buenas, porque hasta con el deporte nos va mal: a 3 minutos de terminar
un partido de fútbol que se ha ganado, termina perdiéndose.
Cuando Juan Pablo Montoya, nuestro máximo corredor de autos está
listo para ganar, le falla la máquina.
Algunos dicen que son bobadas,
cosas sin mayor valor,
son ilusiones fallidas
para un pueblo hundido
cada vez más en el dolor.
Por culpa de Lucifer, el maligno,
quien nos declaró la guerra,
de la paz no quedó ni el signo.
Estamos como el obispo Milingo
perdidos por el pecado.
Que el Señor nos perdone
y nos aumente el amor. Amén.
Cuánto mal nos hace la lectura de los diarios, sobre todo en
este país. La primera página de uno de ellos resalta: ¿Infiltrada
la protección de testigos? Entonces, ¿quién se atreve
a declarar?
En el Congreso se discute nueva legislación sobre el terrorismo.
El presidente se entrevistará de nuevo con el ELN (Ejército
de Liberación Nacional). Sube tensión en paro de Buenaventura.
Bueno, hoy en primera página no hay muertos, ni secuestrados.
Es un descanso. Qué bueno es, entonces, que se acreciente nuestra
fe al tratar de comenzar el día, escuchando la misa diaria, así
sea por televisión.
Se fortalece la moral, vuelve el optimismo. Estamos estos días
repasando los dones del Espíritu Santo. Y en la oración decimos:
"Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Ni la tribulación, o la angustia, o el hambre, o la desnudez, o
el riesgo, o la persecución, o el cuchillo. En medio de estas cosas
triunfamos por virtud de aquel que nos amó."
Leonor Uribe de Villegas
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