Mayo 30 de 2.000
PREDICACION SOBRE EL AMOR

Esa fue la homilía que escuchamos el pasado domingo, basada en palabras de San Juan Evangelista: "Dijo el Señor, este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado (Juan 15, 12)". Se extendió nuestro párroco, el sacerdote Carlos Alfonso López, sobre la necesidad de acrecentar el amor entre los hombres, en especial acá en Colombia en donde parece ser el odio el causante de todos nuestros males: Físicos, materiales, sociales, y morales. Hemos descendido en la escala de la racionalidad, del humanismo, hasta convertirnos casi en salvajes. "El hombre, lobo para el hombre". Y sigue la enseñanza de Jesús: "nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (Juan 15, 13).
Dice el Padre: "El judaísmo predica el amor al prójimo, pero restringe la noción de prójimo a los parientes, a los vecinos, a los compatriotas. El amor no alcanza al enemigo: a este se le aplica la ley del talión".
El marxismo que tanto habla sobre el bien de la humanidad se detiene al llegar a los adversarios: "éstos deben ser exterminados". El primer distintivo entre los cristianos era el amor. "Mirad cómo se aman", decían los paganos al observarlos (Hechos 2, 42-47).
Hoy podemos preguntarnos: ¿Qué hay de ese amor en nuestra vida diaria?
Al observar tanto odio, rencor, crimen y maldad; al ver tantas injusticias e irrespetos contra la vida humana, contra su dignidad, nos preguntamos: ¿Qué ha quedado del mandamiento de Cristo? Concretamente: ¿Qué ha quedado en nosotros del amor a la patria?
"¿Somos conscientes de que esta siendo destruida día a día, palmo a palmo por sus enemigos, los cuales todavía no nos han mostrado el primer hecho de paz?", se pregunta el sacerdote.
Hemos perdido la capacidad de asombro y de reacción frente a los delitos más atroces. Las tales "zonas de despeje" son bastos espacios cedidos por el Estado a los bandoleros para que cometan los atropellos que deseen.
No hay gobernabilidad. El presidente carece de un carácter fuerte -añado yo- y los políticos de los dos grandes partidos nos producen rechazo. Cada quien obra buscando su propia utilidad.
Querido Padre López: El amor se acabó. Sólo reina el egoísmo.
 
 Leonor Uribe de Villegas
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"¿Qué ha quedado del mandamiento de Cristo?"
 
 
 
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