|
Estas palabras
las dijo el Santo Padre Juan Pablo II el domingo 19, ante los millares
de católicos congregados en la Plaza de San Pedro, en Roma. Ese
día cumplió sus 82 años y ¡cómo se le
ven! Ha sufrido tantos males, además del más notorio, el
de Parkinson.
No se ve el que casi le cuesta la vida un 13 de mayo, día de
la Virgen de Fátima, su advocación preferida, cuando Alí
Agca le disparó un tiro en el estómago. La Madre lo sacó
adelante para el bien de los cristianos. Y él ha ido a agradecérselo,
en tres oportunidades, a Portugal.
En la prensa
han hecho muchas conjeturas sobre la proximidad de su renuncia. Se lo ve
cansado y tuvo que pedir ayuda para que un sacerdote terminara la lectura
de su última homilía. Si, esta fatigado físicamente
pero mentalmente conserva su fuerza. Ha estado repasando el búlgaro
porque esta semana viajará a Bulgaria. ¿Qué tal?
El mundo se honra con un ser humano como este Karol Woytila, nacido
en Polonia pero ciudadano universal. La TV española presentó
un documental sobre su vida y obra, tan completo, que nos emocionó
y nos hizo reconciliarnos con esos millones de asesinos, terroristas, que
han causado tanto dolor y lágrimas.
El Papa interceda porque se conmuevan esos corazones de piedra y los
guerrilleros renuncien a sus genocidios, en especial acá en Colombia.
No puedo dejar pasar esta fecha del 19 de mayo sin comentar el nacimiento
del primer país en el tercer milenio, Timor Oriental, la mitad de
una isla en el sudeste asiático. Su presidente también es
carismático como el Papa. Se llama Xanana Gusmao. Con todo y sus
300.000 exiliados que se preparan a regresar, según testimonio de
una monja colombiana que vivió allá, nunca mataron a millares
como aquí. ¿Será posible la paz?
Leonor Uribe de Villegas
|
|