|
Cuando
expone su programa de gobierno, todos, al escucharlo, sentimos que nos
habla con valor, con una fuerza interior que sabe transmitirnos junto con
la seguridad de que no le temblaría la mano para ejecutar lo que
piensa.
Ahora, el 4 de julio próximo y ya como presidente de la República,
cumplirá 50 años. Lo digo con absoluta certeza pues tuvo
un pequeño bajonazo del cual se está recuperando y el 26
de este mes de mayo superará el 50% de la votación, de modo
que no habrá necesidad de dos vueltas.
Siempre y cuando se cuide. Asesinos hay por millares en este país,
violento por naturaleza según la historia. Veamos la Colombia que
él quiere, según los 100 puntos de Uribe en su "Manifiesto
Democrático".
"La quiere con una fuerte clase media democrática, tolerante,
solidaria y respetuosa con el medio ambiente."
"Sueño con una Colombia en que todos podamos vivir en paz...
con autoridad legítima y cero poder para los violentos.
Sueño con una país democrático en lo político
y en lo económico. Con oportunidades para todos... Con un Estado
al servicio del pueblo y no de la corrupción y la politiquería."
(Esto, digo yo, basta con un programa de gobierno para este país,
pésimamente orientado al servicio del pueblo, pero "manguiancho"
con la corrupción que se extiende a todos los niveles y por eso
hay tanta miseria, tanta violencia y tanto robo oficial.)
Veamos al Álvaro Uribe en su faceta humana, como hijo, esposo,
padre, hermano. Quiso mucho a su padre, quien murió asesinado por
las malditas FARC. Se casó muy joven, hará más de
20 años, con la filósofa Lina Moreno, antioqueña como
él. Tienen 2 hijos: Tomás y Jerónimo, ambos estudiantes
universitarios. Abogado, lector maniático, madrugador, antes de
las 5 a.m. está levantado. Sus únicos vicios: trabajar, proyectar,
servir.
Ha sufrido 15 atentados contra su vida, pero Dios nos lo tiene ahí
guardadito, para el bien de Colombia.
Leonor Uribe de Villegas
|
|