Por LEONOR URIBE DE VILLEGAS.

 Todos nos ufanábamos de ser ricos porque la poseíamos. Más, si al vivir en pueblo pequeño todos nos conocíamos y no le teníamos temor al extraño que pasaba cerca porque sabíamos que la seguridad no se la debíamos a las armas sino al lazo que une a los vecinos, sean parientes o no.

  Pero llegó la fiera voraz de la violencia. Lucha de "azules" contra "rojos" y Colombia se fue volviendo un país que perdió su ya creciente desarrollo y en cincuenta años, de tumbo en tumbo, hemos llegado a lo que es hoy: Un país inhóspito hasta para los propios, una tierra sin ilusiones que produce la fuga de quienes pueden irse. Hoy la lucha no es por este o aquel partido. Hoy es el desafío de los malos hijos - eso si bien armados - que a la violencia sin razón mezclan cocaína, marihuana y heroína para hacerse ricos en dinero y combinan todo esto con violencia.

 "¿Dónde está , oh muerte, tu victoria ?". En el hecho de que quizás morirse es menos duro que pasar días, meses y años secuestrado, metido en una cueva o andando lomas detrás de forajidos infames.

 Pedimos a Dios por todos los secuestrados y sus familias, para que se los entreguen sanos y salvos. ¿ Cómo aceptar que uno de esos jefes vaya al Vaticano y ponga la cara ante el Papa o uno de sus delegados ? Sólo Cristo sabrá perdonarlos y bendecirnos a todos los que miramos, con el corazón desolado por la tristeza, como nuestra patria se acaba por la poca efectiva acción de sus gobernantes y de quienes deben defenderla.