Junio 8 de 2000 |
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Está también la calidad de valiente, que no es muy extendida. Porque no lo es el guerrillero, que mata a mansalva y sobre seguro, pero si lo es aquel que lucha por defender los derechos de las personas, el santo, el mártir de otros tiempos. Se preguntarán: ¿ a qué se debe toda esta disquisición ? Al hecho de haber leído en un diario de Bogotá, en su Magazin Dominical, un artículo firmado por Héctor Abad Facio Lince, escritor y periodista, oriundo de Medellín. Se titula "Espejo del horror" , y quien, como él escribe acerca de lo que es la vida en Colombia, con las amenazas a quienes denuncian las cosas terribles que aquí pasan, viviendo en carne propia la persecución a la libertad de pensar y escribir, sabe bien, lo que dice. No basta con haber asesinado a su padre, eminente médico y político liberal. No, si no se exilia correrá la misma suerte. Ya han asesinado a muchos periodistas. Otros se expatriaron . Un gobierno que no defiende la vida de sus asociados ni su libertad, deja mucho que desear. Y no hablamos sólo de este, con los anteriores fue igual.En mas de 40 años ninguno ha podido acabar con los guerrilleros y paramilitares. Mientras tanto está Clinton ahí, frente a unos congresistas que le echan a Colombia la culpa de la drogadicción de su juventud y no reconocen que el negocio se financia allá y que son ellos los que tienen la obligación de exterminarlo. "Gracias a la prensa la barbarie no es del todo impune", dice Abad Faciolince. Es cierto, con contadas excepciones los diarios denuncian todo lo que pasa, aunque algunos digan "tapen, tapen", no le conviene a Colombia su autodesprestigio. Y el mismo escritor afirma "Ser simples notarios de lo que pasa en Colombia es al mismo tiempo muy fácil, muy peligroso y muy duro". Pero no podemos callar. Leonor Uribe de Villegas
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