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Eso es, ni mas ni menos, el mapa del genoma humano dado a conocer mundialmente
por quienes responderán ante la humanidad por todo el bien o el
mal que hagan con lo que puede convertirse en manipulación si no
se tiene ética.
Así entendemos este descubrimiento los ignorantes, quienes nos
hemos quedado "súpitos". Porque es verdad que para hablar sobre
este tema se necesita mas que un bagaje de información médica
y biológica, además de otras ciencias. Pero alguna cultura
nos sirve para saber qué es un gen, cómo puede mutarse o
clonarse, etc.
Para poder hablar hoy los científicos del mundo del genoma humano,
han pasado años de investigación y, paralelamente , de crítica
por los aspectos comerciales envueltos en el tema. Hay que evitar con normas,
claras dictadas en cada país, que ésto se vuelva una explotación
más del hombre por el hombre.
Es tal la preocupación existente que acaba de reunirse en Gijón
(España) el I Congreso Mundial de Bioética. La Iglesia Católica
está bastante preocupada. No es un desatino pensar que con estos
avances sobre el genoma humano y el ya conocido ADN (con el que se hacen
pruebas de paternidad y de identificación de cadáveres) un
ser cualquiera quede en manos de sus empleadores, por ejemplo. La carta
de identidad del individuo no será una cédula expedida por
el Estado sino un mapa de su genoma que estará indicando qué
enfermedades padece o podrá adquirir como lo demuestran x o y genes.
¡Cielo Santo! Qué revolución la que ha estallado
silenciosamente. Qué cúmulo de esperanzas y temores le ha
llegado a la humanidad de la noche a la mañana. Claro que tendremos
que esperar varios años para ver curados a enfermos de cáncer,
sida, alzhaimer, parkinson, hepatitis crónicas activas, etc.
Pobre de mi. Nadie ha hablado sobre neuropatías. Por mis 72
años no tengo esperanzas de comprobar si este revolcón de
la ciencia será para bien o para mal.
Leonor Uribe de Villegas
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