Junio 15 de 2.000 |
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Necesitamos voluntarios a quienes les duele el dolor ajeno. Ese dolor de quienes deambulan por caminos, pueblos y ciudades buscando cambiar su situación de desplazados por la condición de ciudadanos dignos de respeto, porque se les da trabajo y se les pagan jornales justos. No queremos en Colombia a esos que la colocaron como un país indeseable, casi el mas violento del mundo. Ese descrédito nos cubre a todos. Pedimos que sean condenados esos guerrilleros que pactan diálogos de paz que no cumplen, porque no hay día en que no dejen huella de su violencia asesina. Queremos que se juzguen todos los narcoguerrilleros, los secuestradores, los paramilitares, los delincuentes comunes. Tenemos una constitución y unas leyes de las que todos se burlan, aún los mismos legisladores. Este es un país rico, pésimamente administrado. Nunca hay suficiente presupuesto para atender el campo social. Hacen falta proyectos en donde se involucre la misma población. Es bueno enseñar al pueblo a que no espere todo dado, que cada uno sea autor de su propio mejoramiento. Hace diez años escribí una columna con este título y el texto dice mas o menos lo mismo . El Congreso es un descrédito hoy peor que nunca antes . Cada quien no busca sino su propio lucro. La indelicadeza en el manejo del presupuesto nacional va desde la Presidencia al mas pequeño poblado. La corrupción es un vicio ya, extendido por casi todas las naciones, pero sobre todo en esta América nuestra que habla español y confiesa a Jesucristo. A El le pedimos que la PAZ y la honestidad sean los mejores dones en este año, que ha pintado tan oscuro no sólo por el crudo invierno sino por la conducta de los hombres. Leonor Uribe de Villegas
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