Si Ud. estuviera sufriendo una grave enfermedad, la cual no sólo
lo hace padecer a Ud. sino a los suyos, ¿les pediría a ellos
que le hicieran la eutanasia?
Se encontraría con que no hay muchos predispuestos a lo que
siempre se ha considerado un crimen.
"Falsas esperanzas en una botella" se titula un artículo escrito
por Tom Nesi, es el presidente de TJN communications que produce materiales
educativos de salud. Este apareció en "La Revista", magazine dominical
de "El Espectador" de Bogotá.
Nesi era el esposo de hacía varios años de Susan, a quien
le dio un coma irreversible y desde diez días atrás no había
comido nada.
Su esposo le daba líquidos hasta que llegó un día
un amigo y le aconsejó que no lo hiciera más, "porque su
esposa ya no está con nosotros".
El marido contestó que "no puede dejar a un ser vivo sin líquidos".
Y el amigo replicó: "Su esposa ya no está con nosotros.
Ella murió de un tumor cerebral hace dos semanas ya".
Ella tenía un cáncer cerebral llamado gliobastoma, incurable
a pesar de todas las nuevas medicinas.
La duda está en ofrecer a enfermos desahuciados esperanzas con
las nuevas medicinas. Y aceptar que el paciente está muerto a pesar
de que respire.
¿Qué hacer? Lo que hizo el esposo: le desconectó
todos los sueros, le dieron morfina, la tomó de la mano y al rato
murió. Su tratamiento costó más de 150.000 dólares.
Que Dios la tenga en su gloria.
La duda está en ofrecer a enfermos desahuciados esperanzas con
las nuevas medicinas. Y aceptar que el paciente está muerto a pesar
de que respire.
¿Qué hacer? Lo que hizo el esposo: le desconectó
todos los sueros, le dieron morfina, la tomó de la mano y al rato
murió. Su tratamiento costó más de 150.000 dólares.
Que Dios la tenga en su gloria.
Leonor Uribe de Villegas
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