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Tal pareciera que son así. Por lo menos en Colombia llevamos 50
años de una guerra civil no declarada y parece que tendremos guerrilleros
para siempre.
Con intervalos cortos algunos gobiernos han tenido periodos menos intensos,
pero siempre cuando el presidente de la República ha tenido mano
dura, tales los casos de Guillermo León Valencia y Carlos Lleras
Restrepo. El diálogo ha sido poco efectivo, tal el de este último
gobierno de Andrés Pastrana. Tenemos fe en el presidente electo,
Álvaro Uribe, quien se posesionará el próximo 7 de
agosto.
En "La Revista" de "El Espectador", de ayer, hay un buen diálogo
sobre el tema, sostenido por Hans Blumental, alemán, representante
en Colombia de la Social Democracia y el senador colombiano independiente,
Rafael Orduz.
Blumental lleva cuatro años en Colombia y conoce bien a nuestro
país y sus gentes. Espera con optimismo que la elección de
Uribe sea un acierto, sabe que la gente votó por él con la
idea de que logre, por la fuerza, terminar el conflicto y porque mucha
gente pensó que no es un candidato de los partidos tradicionales,
que él no es una especie de politiquero.
Orduz no cree que el conflicto colombiano pueda ser ganado militarmente.
A él le preocupa La política antinarcóticos, porque
el área cultivada se multiplicó por cuatro en 10 años.
Ahora hay 163 mil hectáreas. La burocracia antinarcóticos
de USA considera que hay que intensificar las fumigaciones para matar dos
pájaros de un tiro: a)narcotráfico, b)guerrilla.
Bueno, a Uribe le tocará recibir conflictos de todo orden: desplazados,
sin empleo, violencia. Dios lo ayude.
Leonor Uribe de Villegas
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