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Esta es la conclusión que se saca cuando se lee un artículo
en "La Revista" (el semanario de "El Espectador que antes he citado).
Uno hasta acepta que un colombiano, Germán Rey, quien funciona
en el medio de la cultura, en Bogotá, juzgue lo que sea sobre ella.
Al III Seminario Malraux, llevado a cabo en el Teatro Colón, vinieron
pensadores franceses y, claro, había colombianos pues de que los
hay, los hay.
Para Dupuis el arte funciona porque detrás está el sector
de la industria que lo financia. Es una lógica de mercado.
Para Rey "está de acuerdo en lo nocivo de la dicotomía
entre lo productivo y lo improductivo como criterio prevalente de evaluación
de las realizaciones de la cultura."
No puede hablarse de la economía de la cultura, sobre todo en
Colombia, en donde va a haber que recortar el número de ministerios
por el déficit que todos presentan.
Y el de cultura es uno de los peores. La cultura tiende a masificarse
y eso es bueno porque justamente se reparten los escasos recursos y estos
pueden aumentar con la colaboración de la empresa privada que así
llega al pueblo. Hay que diferenciar, pues entre economía y lujo.
Después dice que "hay economistas que no incluyen la cultura
y las artes. Adam Smith, padre fundador de las ciencias económicas,
dio la reputación de improductividad a las actividades artísticas."
Tengo una hermana que desde hace 50 años se dedicó de
tiempo completo a construir y dirigir, acá en Cali, el Museo de
Arte Moderno "La Tertulia". Magna obra que yo admiro pues como abogada
y dedicada a lo social, durante ese mismo lapso me interesó más
ese tipo de trabajo.
Somos dos hermanas que pasamos por este país subdesarrollado
tratando de cambiar lo que pudimos.
Leonor Uribe de Villegas
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