|
Cuánta confianza tenemos en esas conversaciones, tan frecuentes
ahora, de quienes dirigen los pueblos o sencillamente se agrupan para destruírlos,
como es el caso de las guerrillas colombianas.
En esta semana hemos tenido dos sonoros fracasos a nivel mundial. El
de las conversaciones entre judíos y palestinos en Camp David, Estados
Unidos , auspiciados por el Presidente Clinton y las habidas en Ginebra
(Suiza) entre los cinco jefes del ELN (segunda guerrilla colombiana) y
civiles, ya en representación de ellos mismos, como familias de
las víctimas de secuestros, más empresarios y funcionarios
del Estado. Como los pobres solemos darnos esos lujos, la delegación
estaba formada por más de noventa personas.
Fracasamos por enésima vez también. El pueblo ( y yo
parte de él) jamás creyó en la palabra de los guerrilleros.
Van a hacerse publicidad a costa del gobierno. Se levantaron de la mesa
sin dejar firmado un compromiso.
Como "contentillo" soltaron a un secuestrado enfermo, de los cinco
que aún retienen, quienes eran pasajeros de un avión de Avianca.
Y "chau" hasta aquí nos vimos.
Los pueblos árabes, sean quienes sean se pelean a Jerusalén.
Todos la tienen como su capital. Jamás será de un pueblo
solo y lo justo es lo propuesto por el Papa Juan Pablo: que se divida en
cuatro partes, la más significativa para cada religión y
si es para adorar a Dios, llámenle como lo llamen, cada uno tenga
su propio espacio.
Los judíos son los que mayores derechos alegan, pero los palestinos
no se los aceptan. Así será de eterno el pleito. ¡Qué
pesar! Con lo bonita que es la paz, el derecho a compartir y cohabitar,
pero los seres humanos no sabemos de eso. Solo pleitos, por siglos y siglos.
Tenemos que pedir a Dios que cambie de raíz al género
humano, haciéndolo superar el odio y deseo de venganza, y que la
paz reine en todos los pueblos.
Leonor Uribe de Villegas
|
|