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Sobre los habitantes de un país, no tiene límites. Día
a día más muertes, más destrucción y, obviamente
angustia, desesperanza, pavor.
En Colombia, próxima a tener elecciones para corporaciones públicas
en marzo y para presidente de la República, en mayo, vivimos una
época pre-electoral saturada de violencia, acrecentada por los guerrilleros,
esos farsantes que se sientan a las mesas de diálogo aquí
y en el exterior y todo ese bla, bla, bla se acompaña de asaltos
a poblaciones indefensas. El último caso fue tirar contra una humilde
casa una bicicleta con una bomba que estalló, mató una niña
e hirió a su madre y hermanos.
El diario "El Espectador" publicó el día 4 un largo reportaje
hecho al candidato liberal independiente (el mío) Dr. Álvaro
Uribe Vélez, quien anima a la rebelión contra los terroristas
y no más diálogos inoperantes. Su propuesta es: "mano fuerte
contra la politiquería, contra la corrupción y contra la
violencia; corazón grande en favor de los pobres. La mano firme
no es guerra, es la autoridad del Estado, garantía de paz, freno
a la violencia; cuando se disuaden los violentos, ahí se toman el
diálogo en serio".
"Antes que candidato presidencial soy padre de familia y pertenezco
a ese 50% de las familias colombianas enlutadas por esta violencia. ¡Qué
bueno que haya paz ya! ¡Urgente!, para poder hablar de educación,
de salud, de empleo, de reformas políticas, de cómo vamos
a derrotar la corrupción".
Han ofrecido una tregua, a 48 días de las elecciones, mientras
tanto han seguido asesinando. ¿Por qué esperar hasta el 7
de abril? ¿Por qué continuar con la zona de distensión?
Yo me pregunto: ¿Quién va a juzgar a Andrés Pastrana
por este pésimo gobierno que ha hecho? Dice Uribe que: "Mao Tse-Tung
expresaba que las zonas liberadas son la retaguardia de las guerrillas,
que les dan el apoyo económico, de entrenamiento, de preparación
y que sin esas zonas liberadas (estilo el Caguán) los guerrilleros
no pasan de ser pintorescos e ineficaces, como en la vieja tradición
china".
Para que haya una negociación de paz con Uribe Vélez,
lo primero es la cesación del fuego; que haya una veeduría
internacional en el Caguán y que haya una plazo prudencial para
el desarme y la desmovilización. No, no les gustará a los
farcos condición ninguna. Años y años de lucha, de
tráfico de armas y de droga, de enriquecimiento, no los dejarán
así no más. Ya lo veremos.
Leonor Uribe de Villegas
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