Enero 9 de 2.001 |
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Y qué no decir de los libros: los nuevos huelen a tinta de la imprenta y los viejos tienen un olor añejo fascinante. A Dios gracias heredé de mi familia este "hobby" que me ha dado tantas satisfacciones. Lástima grande le tengo a niños y adolescentes que hoy no disfrutan ese placer de ir cortando, separando páginas como antes venían unidas las de los libros. Hoy sus inquietudes se limitan a sentarse frente a un computador a buscar respuestas a las del tareas día, a enviar e-mails porque ese sistema que reemplazó al antiguo correo es más rápido y puede recibirse respuesta inmediata. En fin, el avance en los medios va a la par con la prisa que mueve al mundo. "Eduque a sus hijos en la vida diaria" es un artículo que publicó el padre Alfonso Llano, S.J. en su columna dominical de "El Tiempo", de Bogotá el 7 de enero, afirma que "educar es formar al hombre para que sepa vivir como persona y convivir con los demás en la familia y en la sociedad civil". Señala que hay que "comprender bien la diferencia entre instruir y educar. La instrucción va dirigida a la inteligencia o al talento práctico. Instruir se da enseñando matemáticas, química, física o genética". La instrucción se acompaña de prácticas. "La educación se mueve en un plano distinto y superior; va dirigida a la persona, a la conciencia, a la libertad... Es todo un arte, el arte de enseñar a vivir con los demás, a convivir como seres humanos, respetuosos, tolerantes, responsables". Se trata de saber anteponer la razón a los instintos, a las pasiones, emociones, caprichos o sentimientos propios e intereses personales." Aquí está, pues, la responsabilidad de los padres: enseñar a sus hijos los valores morales, a prepararse como ciudadanos. ¿Por qué el aumento de la violencia? Porque la educación, si se dió, se la dejó a las máquinas. Leonor Uribe de Villegas |
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