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Así nos sentimos los colombianos en estos últimos días.
Se acrecientan los rumores sobre el rompimiento de los diálogos
entre el gobierno y la guerrilla peor de todas, las FARC.
Hay honda división, ahora si, entre derecha y centro e izquierda.
Claro que las tales Fuerzas Armadas Revolucionarias son comunistas. Pero
de esos mismos de todo el mundo: el dinero es para enriquecerse ellos,
no el expoliado pueblo que dicen defender.
Avanzan sobre pueblos indefensos, matan sin discriminación hombres,
mujeres y niños, saquean e incendian. Se enfrentan al ejército
regular al cual tienden emboscadas.
Tenemos un ejército que se ha mejorado en tácticas de
lucha, pero los asesinos no respetan ninguna forma de contienda armada
así sea la suya absolutamente fuera de la ley.
Hoy desafían al gobierno y al pueblo colombiano, al congelar
" motu proprio" los diálogos de paz. Obviamente quieren quedarse
con los 45 mil kilómetros cuadrados de la mal llamada "zona de distensión".
Están furiosos con el Plan Colombia, buen legado que nos dejó
Clinton y con el exterminio que harán de su gran negocio: sembrados
de coca, marihuana y amapola.
Claro que afectará la aspersión área con fungicidas
peligrosos para la población que siembra. Infelices campesinos explotados
por los dueños del negocio.
El Presidente Pastrana, en mala hora ido a París, tiene que
devolverse. Mientras tanto el ejército alista sus soldados adiestrados
en guerra de guerrillas y los manda al Caguán. Reciben críticas
y aplausos. Yo me uno a estos últimos . Estamos hasta la coronilla
de diálogos burlados.
Leonor Uribe de Villegas
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