Enero 2 de 2.002
UN CENTENARIO QUE NO PUEDE
PASAR DESAPERCIBIDO

Es el del nacimiento del Beato José María Escrivá de Balaguer, el 9 de enero de 1.902. Fundador del Opus Dei, esa maravillosa obra de Dios que se ha regado por el mundo entero, la inició el 2 de octubre de 1.928.
Resumo su biografía de un artículo publicado en la revista "Trazos", un boletín de información de la Prelatura del Opus Dei en Colombia, el No. 3, escrito por el sacerdote de esa obra P. Cipriano Rodríguez Santamaría, mi profesor, mi confesor y mi amigo. El me ha llevado a conocer y querer a cada uno de sus miembros, sacerdotes y laicos comprometidos con sus postulados.
Me da envidia, de la buena, al saber que este abogado, periodista, humanista, etc., "paisa" (como llamamos a quienes son nacidos en el departamento de Antioquia) lo conoció y anduvo con él en sus paseos por Roma. Porque a esa ciudad trasladó la Prelatura del Opus Dei, después de haber vivido los años atroces de la guerra civil española, ya en el año de 1.946.
Hay que entender bien que para pertenecer a la Obra, no necesariamente se debe ser sacerdote. El beato explica: "Somos un pequeño tanto por ciento de sacerdotes, que antes han ejercido una profesión u oficio laical; un gran número de sacerdotes seculares de muchas diócesis del mundo; una gran muchedumbre formada por hombres y mujeres -de diversas naciones, de diversas lenguaas, de diversas razas- , que viven de su trabajo profesional, casados la mayor parte, solteros otros muchos, que participan con sus conciudadanos en la grave tarea de hacer más humana y más justa la sociedad temporal.
En Roma recibe el Beato su grado de doctor en Teología, de la Universidad Lateranense y es nombrado prelado de honor de Su Santidad. Viaja por Europa, México, la Península Ibérica, América del sur y Guatemala; en ellos impulsa la consolidación del Opus Dei.
Fallece en Roma el 26 de junio de 1.975. Miles de personas han pedido su canonización que le ha sido concedida previo el pronunciamiento sobre uno de sus milagros más probados, la curación de un médico radiólogo español, Manuel Nevado Rey,  que tenía un cáncer en las manos. El Beato lo sanó en dos semanas, cuando ya estaba desahuciado, al rezarle la novena. Este milagro está plenamente probado.
Leonor Uribe de Villegas
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"Hay que entender bien que para pertenecer a la Obra, no necesariamente se debe ser sacerdote"
 
 
 
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