Solamente los
que tienen un "ego" muy grande, aquellos que se vuelven prepotentes, no
aceptan que "la vida es solo una huida de si mismo", por las duras cargas
que nos toca llevar.
Estas son sobre todo físicas, pero las espirituales son más
duras de soportar.
Dios nos favorece en la juventud, en la madurez, pero entonces esta
masa de músculos empieza a fallar. Mucho peor cuando el daño
es en el cerebro. Cada cual sufre su cruz, pero la peor es la que nos incapacita
físicamente.
La neuropatía es una de esas: duelen las zonas de los músculos
afectados, las piernas sobre todo y se camina con dificultad.
Voy en el carro y observo la cantidad de personas que tienen la cabeza
mala, o sin un brazo o una pierna, ¡posible heredero de mi silla
de ruedas!
"La vita est un continuo uscire de se stesso", aprendí
de un amigo.
Leonor Uribe de Villegas
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