| Enero 13 del 2.000
La gordura deprime, y más cuando se obtiene por causa de un medicamento que hidrata, por ejemplo los corticoides. Cómo los odié cuando por años tuve que tomarlos. Son excitantes y eso es algo bien harto cuando a uno lo tienen más que atajar que empujar. Por eso me encantan las medicinas alternativas. Emplean droga natural, biológica, electroacupuntura. Si no remedian los males no los empeoran. Ayer, mientras esperaba mi cita con el electroacupunturista, estaba en la sala una joven madre quien contestaba una tras otra las muchas preguntas que le hacía su bella niñita de cuatro años. Me contó, muy triste, que en el hospital le habían diagnosticado a Natalia una grave enfermedad de la sangre que se llama, vulgarmente, púrpura. El tratamiento ordenado fue cortisona. Los famosos esteroides que aún hoy es lo que formulan para ese mal. Estaba cansada la niña y muy inquieta. "Mamá, vámonos" eran sus constantes reclamos. La madre no quería irse. Esperaba con fe que esa medicina desconocida le diera mayores oportunidades a su hija. Con los ojos llenos de lágrimas me decía: El señor que está allí al frente es mi esposo; él es agente de policía, vivimos en Palmira (una ciudad cercana a Cali) y tenemos otro hijo de ocho años. Nos han dicho en el hospital que el tratamiento que hay para hacerle a Natalia vale ocho millones de pesos. Pongamos la cifra como la deben ver ellos: ¡OCHO MILLONES DE PESOS! Provocaba, ciertamente, sentarse a llorar con estos desconsolados papás. Si quieren tener un acto de generosidad con esta niñita recuerden al agente Fuentes, a quien encuentran en la Policía Nacional de Palmira, teléfono (092)-2752530 (fuera de Colombia 572-2752530). Leonor Uribe de Villegas
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