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Diciembre 6 de 1999
POR LOS CAMINOS DE LA BIOENERGETICA
Esta es la segunda y última parte del tema tratado en
mi nota anterior. Según lo dice el Dr, Jorge Carvajal, (famoso médico
que vive en Medellín donde practica esta técnica y la difunde
por varias partes del mundo) "mas que una nueva tecnología
o especialidad médica, la bioenergética es un salto a una
nueva dimensión de la medicina , en que la práctica médica
deja de ser solo un aptitud determinada por conocimientos externos, para
convertise también en una actitud diferente hacia la vida."
Según la experiencia de este doctor lo más importante
de esta práctica es "observar cómo se despierta en el paciente,
tratado con estas medicinas energéticas o vibracionales, un potencial
autocurativo. Se rescatan las prácticas tradicionales y la medicina
moderna, partiendo del principio de que todo cuanto es, es conciencia o
energía en diversas manifestaciones. La bioenergética
considera al ser humano como una unidad de conciencia, producto de la interacción
de diferentes campos de enrgía, y concibe la enfermedad como una
consecuencia de la fricción entre estos niveles de conciencia" .
De los largos años de trabajo del Dr. Carvajal le ha quedado
una vida llena de fe y del convencimiento de que la enfermedad y la salud
son sólo el reflejo de nuestros hábitos y creencias.
Muchos capítulos de su libro me conmovieron. El encontrar a un
médico que sabe que el cuerpo y el alma están estrechamente
unidos y que la segunda ayuda a la sanación mas que muchas cirugías
y remedios, es la primera fase para ejercer una medicina humanizada, en
donde Dios decide a quien se lleva .
Fue el caso, por ejemplo, de una quinceañera a quien el Dr. Carvajal
trataba. Advierto que no lo conozco y que sé de él por su
libro "Un arte de curar" y por lo que me cuentan sus alumnos, uno en especial,
que es mi médico, tan revestido de humanismo como el profesor. Esta
muchachita estaba desahuciada porque sufría de un sarcoma de la
cara, malignísimo, que no respondió al tratamiento con quimioterapia,
ni a laser, ni a nada.
El médico iba a veces y le ponía las manos en su carita
desfigurada. La fe de ella y el amor de él causaron un revivir
de la esperanza, y la niña, milagrosamente, se curó. Han
pasado algunos años y sigue bien. Que bueno que todos los médicos
creyeran en un ser superior que puede cambiar lo que parece imposible,
Este doctor da ejemplo de lo que es la verdadera entrega .
Leonor Uribe de Villegas
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