Diciembre 7 de 2.000 |
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Y seguí curioseando otros para mal de mis culpas porque ya, desde estas siete de la mañana, cuando escribo, compruebo que mi estilo no ha cambiado o es Colombia la que no lo ha hecho. Más violencia, más secuestros, más delitos cada día y obviamente, miles de pobres más, mejor paupérrimos, desparramados por el territorio nacional huyendo de la violencia de los guerrilleros. Leo que en noviembre 25 del mismo año 85 la revista "Time" publicó un artículo titulado "Colombia´s agony", el cual sale con la fotografía de un voluntario que lleva cargada a una señora, ambos cubiertos de un lodo ceniciento. Esta vez la violencia no fue de los hombres sino de la naturaleza. Se acaban de conmemorar los 15 años de la destrucción de Armero por la erupción del cráter Arenas del volcán Nevado del Ruiz. Más de 20.000 personas murieron y de esta población del Tolima no quedan sino tumbas y dolor, con peregrinajes anuales de los sobrevivientes, familiares y amigos. Acaba de pasar el último y también un susto grande las poblaciones vecinas por un derrumbe de la cordillera que taponó un río, el Lagunillas. Gracias a Dios se actúo rápido, con helicópteros, se bombardeó con cuidado el derrumbe y se abrió paso a las aguas. Pero queda la amenaza de que se venga abajo esa cordillera. La agonía de Colombia toca muchos frentes. Son graves los accidentes de la naturaleza, a veces inevitables. Pero los que nos causan los hombres son imperdonables. Hoy se vence el plazo para saber si se prorroga o no el tiempo para los diálogos de paz con la guerrilla. El 80% de la población está contra ella. ¿Qué dirá hoy el presidente Pastrana? Si los bandidos los congelaron unilateralmente, ¿por qué premiarlos? La virgen inmaculada, cuya fiesta celebramos el próximo 8, interceda por nosotros. Amén. Leonor Uribe de Villegas |
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