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Diciembre 21 de 1.999
¿QUE LE PIDE USTED AL NIÑO DIOS
?
Que lástima que pasó esa infancia feliz cuando, junto al
pesebre, dejábamos papelitos con los pedidos que hacíamos
al niño Dios: una muñeca, una estufita para cocinar, un vestido
lindo o mejor dos iguales, para la hermana gemela.
En la vejez, cuando rememoramos esos tiempos, sabemos que fueron buenos,
llenos de sana alegría, risas y juegos en los amplios corredores
de la casa paterna. Ver al par de "viejos" allí, tan altos, tan
bien parecidos, dirigiéndolo todo, previendo todo, fue nuestra mayor
riqueza.
"Papá Luis", "mamita Matilde" los llamaron los nietos, que fueron
36, no tantos para haber tenido ellos trece hijos. Alcanzaron a conocer
varios biznietos. El papá creyente, poco practicante porque la jerarquía
y los curitas católicos en su tiempo estuvieron politizados y, obviamente
ser liberal llegó hasta ser pecado, jamás influyó
sobre nosotros en esto y la mamá , muy practicante, nos inculcó
una profunda fe.
En un pueblo como el nuestro, en un 80% lleno de necesidades de todo
tipo, obviamente la primera solicitud es un ranchito con agua, comida y
escuelita para los hijos. A esas súplicas contribuímos con
las nuestras, cuando ya "lejos del mundanal ruido" solo salud y paz pedimos
para nuestras familias y para todo el país tan duramente golpeado.
Nos duele la tragedia vivida por los venezolanos en esta Navidad, cuando
aún se desconoce cuántos millares fueron los muertos y desaparecidos.
Así pasa en Colombia: ¿Cuántos muertos hemos tenido
por causa de la violencia de los hombres y la naturaleza?
¿Pedirá usted dinero, poder o placer? ¿Sabe
que ninguna persona que alcance uno o los tres deseos tendrá nunca
paz? "La paz no se construye con decretos o pactos" (dice el presidente
de la Conferencia Episcopal aquí en Colombia, Monseñor Alberto
Giraldo), "la paz nace del corazón".
Todo lo anterior nos hace nostálgicos. Y precisamente sobre
la "Nostalgia" escribió un famoso poeta peruano unos largos versos.
Dijo José Santos Chocano:
"Hace ya diez años
Que recorro el mundo.
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!
Quien vive de prisa no vive de veras.
Quien no echa raíces no puede dar frutos"
Leonor Uribe de Villegas
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