Diciembre 21 de 2.000 NANITA EA!... |
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Por este tiempo de Navidad y en un pueblo con los nervios exacerbados por la guerra, se ha despertado una fe que se demuestra en misas públicas y ahora en el rezo de la Novena de Navidad. En las noches, temprano, se enciende la TV y se van pasando canales. En cada uno, de Bogotá, Cali, Medellín, en varias estaciones están cantando en los barrios de ciudades y pueblos, ancianos, adultos y niños, cada cual con mejor voz y entusiasmo los gozos para todos los días. "Dulce Jesús mio/ mi niño adorado/ ven a nuestras almas/ ven no tardes tanto/ ¡Rey de naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso!" Junto con la tradición del pesebre y el rezo frente a la todavía incompleta familia de Nazaret (hasta el 24 no nace el niño) las otras familias oramos pidiendo a ese Niñito que esperamos las gracias que más necesitamos. Y es hermoso que junto a los abuelos, hijos y nietos rezan las empleadas del servicio y cantan con buenas voces. Se amanece lírico en ciertas ocasiones. Entonces se buscan poesías acordes con esos sentimientos, tal esta de Gabriela Mistral: "Manitas" "Manitas de los niños, / manitas pedigüeñas/ de los valles del mundo sois dueños/ manitas de los niños/ que hacia el árbol se tienden/ por vosotros los frutos se encienden/ y los panales llenos/ se vierten y se hienden/ y los hombres que pasan no entienden! Manitas, hechas como de suave harina/ la espiga por tocaros se inclina/ manitas extendidas, manos de pobrecitos/ benditos los que os colman ¡benditos! Benditos los que oyendo que parecéis un grito/ os devuelven el mundo: ¡benditos! ¡Feliz Navidad para todos! Leonor Uribe de Villegas |
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